Nuestro cerebro nos puede dar una excelente lección para la vida.
Cuando  dormimos el cerebro hace una especie de borrón y cuenta nueva. Para aprender,  es necesario que se establezcan nuevas conexiones, o sinapsis, entre las  neuronas. Esas conexiones permiten que las neuronas envíen señales entre sí de  forma rápida y eficiente. En esas redes es donde almacenamos los nuevos  recuerdos y las habilidades que aprendemos.
Sin  embargo, neurocientíficos de la Universidad de Wisconsin-Madison descubrieron  que las sinapsis que crecen de manera “exuberante” durante el día, se “podan”  por la noche. Nuestro cerebro realiza automáticamente una selección de la  información que debe guardar y descarta el resto.
Lo  curioso es que, al eliminar toda la información innecesaria, los recuerdos que  valen la pena se memorizan mejor. Psicólogos de la Universidad Johns Hopkins  apreciaron que cuando ese proceso no se produce, nuestros recuerdos se vuelven  más confusos. Además, ese olvido selectivo es fundamental para restarle impacto  emocional a los hechos que nos ocurrieron durante el día.
Este  proceso que ocurre de manera natural nos brinda una gran lección: guardar  viejos rencores, alimentar frustraciones, revivir los dramas y darle una  importancia excesiva a cosas que no merecen la pena, solo genera caos e  insatisfacción. Lo más sabio es aprender a ignorar todo aquello que no vale la  pena y que puede afectar nuestra paz interior.
   Cinco cosas que puedes elegir ignorar para ser más feliz
Una frase budista afirma que “solo nos puede dañar aquello a lo que le conferimos importancia”. No son las situaciones, sino el significado que le damos y cómo reaccionamos, lo que determina su impacto en nosotros. Por eso, si queremos proteger nuestro equilibrio emocional, debemos aprender a ignorar algunas cosas.Ignorar  no significa adoptar una actitud pasiva y tampoco significa que dejaremos de  hacerle frente a ciertas situaciones, significa aprender a darle importancia a  las cosas que realmente lo merecen y restarle impacto a aquellas cosas que no  deben tener una presencia tan importante en nuestras vidas.
Ignorar, en este caso, no es sinónimo de desconocimiento sino que implica un acto consciente, una decisión en la que sacamos de nuestra conciencia aquellas cosas intrascendentes que solo nos dañan. No significa obviar u ocultar los problemas sino limpiar la mente de todo aquello que ocupa un lugar innecesario para hacerle espacio a lo que realmente cuenta.
Ignorar, en este caso, no es sinónimo de desconocimiento sino que implica un acto consciente, una decisión en la que sacamos de nuestra conciencia aquellas cosas intrascendentes que solo nos dañan. No significa obviar u ocultar los problemas sino limpiar la mente de todo aquello que ocupa un lugar innecesario para hacerle espacio a lo que realmente cuenta.
1. Los desprecios y las críticas destructivas. Recuerda  que una crítica malsana dice más sobre la persona que critica que sobre quien  es criticado. No permitas que las críticas y los desprecios hagan mella en tu  autoestima. Recuerda que cuando pasas demasiado tiempo prestándole atención a  la opinión que los demás tienen de ti, o lo que los otros quieren que seas,  olvidarás quién eres realmente.
2. Las personas que quieren descargar sobre ti sus  miserias emocionales. Hay personas que se comportan como  auténticos camiones  de basura, que pretenden descargar sobre ti sus  miedos, frustraciones, enfados o ansiedades. No se los permitas. Aprende a  detectarlas y crea un escudo protector. 
3. Las pequeñas frustraciones del día a día. Un  mal día es solo un mal día. Viene y va. No hay razón para quedarte atascado en  esas pequeñas frustraciones. Si aprendes a ignorar esos percances apenas  terminan, te darás cuenta de que podrás retomar tu rutina con mayor serenidad.  Si los acumulas terminarás cargando un fardo muy pesado. Es solo cuestión de  poner en perspectiva y darte cuenta de que no vale la pena arruinarte la  jornada por esos contratiempos.
4. Tu diálogo interior negativo. A  menudo tu mente se convierte en tu peor enemiga. Por eso, en muchos casos es  necesario aprender a acallar ese ruido interno, los pensamientos obsesivos  sobre el fracaso, los miedos y la ansiedad. En la mayoría de los casos ese  diálogo interior proviene de las expectativas que los demás han puesto sobre  ti. De hecho, es probable que te descubras diciéndote frases que tus padres,  maestros o parejas te han dicho. Si esas frases no te permiten avanzar y no te  hacen sentir bien, ignóralas, con el paso del tiempo se irán difuminando hasta  desaparecer.
5. Las situaciones que no puedes controlar. El  taoísmo nos anima a fluir, a no forzar las situaciones. Eso no significa  adoptar una actitud pasiva sino aprender a detectar las oportunidades para  actuar y saber cuándo es contraproducente empecinarnos con algo. Hay muchas  cosas que se escapan de tu poder, intentar controlarlas genera una tensión  innecesaria. Por tanto, hay veces en que debes olvidarte de todo lo que podría  salir mal y comenzar a confiar en el flujo de la vida.
      Un ejercicio para aprender a ignorar lo que te daña
No  es fácil ignorar ciertas cosas, ciertas personas, ciertas situaciones... No  siempre sabemos percibir lo que nos puede hacer daño y nos aferramos a ello. En  otras ocasiones, ignorar significa cortar vínculos, cambiar nuestra forma de  pensar y nuestras actitudes, algo que no es sencillo y requiere una gran dosis  de valentía. 
En  cualquier caso, te animo a que hagas este sencillo ejercicio:
Toma  un lápiz o cualquier objeto pequeño que no se rompa. Sostenlo en la mano y aprieta  fuerte. Imagine que ese objeto es una de las emociones, sentimientos o persona  que te está molestando y que tu mano representa tu mente o conciencia. 
Al  inicio, todo te parecerá un poco raro pero poco a poco te sentirás menos  incómodo y el objeto te resultará más familiar. Sin embargo, si sigues  apretando ese objeto, terminará haciéndote daño.
Ahora,  abre la mano y permite que el objeto ruede y caiga al suelo. Observa que eras  tú quien se aferraba al objeto, no estaba unido a tu mano. Lo mismo ocurre con  tus emociones, sentimientos y las personas que pueden hacerte daño.
El  problema es que nos aferramos tanto a esas situaciones que nos olvidamos que  podemos soltarlas cuando queramos. De hecho, cuando experimentamos ira o  tristeza decimos “estoy triste” o “estoy enojado”, lo cual representa una  identificación con esos estados que implica aferrarse a ellos. En su lugar,  deberíamos decir “me siento triste” o “me siento enojado” y aprender a dejar  ir.
¿Cómo aplicar esta idea para ignorar todo aquello que nos daña?
- No lleves las cosas al plano personal. Muchas  de las cosas que nos ocurren no son personales. Llevarlas a ese plano  significará que le estás dando una importancia excesiva y estarás permitiendo  que afecten tu equilibrio emocional. Por tanto, es fundamental que protejas ese  espacio y solo permitas que entren las cosas que realmente son significativas  para ti.
- No pierdas la perspectiva. Imbuidos  en los pequeños problemas de la vida cotidiana, es fácil dejarse abrumar por  esas pequeñas insatisfacciones y contratiempos, de manera que podemos terminar  perdiendo el rumbo. Recuerda mantener siempre la perspectiva, céntrate en lo  que te define, en tus objetivos y lo que realmente te emociona. No dejes que  insignificancias te arrebaten la posibilidad de ser feliz hoy mismo.
- Da un paso atrás. Cuando  sientas que las emociones están tomando el mando, da un paso atrás. Detente,  date unos minutos y recupera el control. Reflexiona sobre por qué esa situación  está generando esas emociones. Es probable que estés reaccionando de manera  exagerada o que le estés confiriendo más importancia de la que tiene. Respira y  déjala ir.
- Anclate al presente. Si  te sientes mal, es probable que sea por algo que ya sucedió, que pertenece al  pasado. Por tanto, no tiene mucho sentido seguir alimentando esos sentimientos.  Para dejarlos ir, basta con anclarte al presente. Céntrate en todas las cosas  positivas que tienes ahora mismo. La clave radica en aprender a moverse del  pasado que te mantiene sujeto al presente.
👉 Ayúdanos a COMPARTIR lo positivo {+} en tu red social favorita: Google +, Facebook, Pinterest, Twitter  o la aplicación WhatsApp
Fuente:  Rincon Psicología.com


