Los antojos como las galletas, los chocolates, los pasteles, el frapuccino con crema batida, las papas fritas, los cacahuates, las golosinas, el helado, las frituras, las pizzas, etc. no son el problema, solamente constituyen la punta del iceberg, la pregunta es ¿qué es lo que está debajo del agua?…
Nuestro cuerpo es una máquina perfecta y como tal, nunca falla, cuando detecta que algo no está funcionando bien, emite señales para que hagas algo y se mantenga el balance. Si te tardas mucho en escuchar esos mensajes, esas señales se manifestarán fuerte y abruptamente como sucede cuando sientes ansiedad por ciertos alimentos.
La ansiedad por la comida justamente es la manera que tu cuerpo tiene para enviarte el mensaje de que es prioritario mantener el balance, por lo que aprender a escuchar a tu cuerpo es esencial. Mucha gente ve a la ansiedad por los antojos como una debilidad o falta de disciplina para mantener el control frente a ciertos alimentos, pero como veremos, nada está más alejado de la verdad.
Una metáfora que usa uno de mis maestros, resulta útil para describir cómo funciona el cuerpo cuando nos manda mensajes. Hay que pensar que el cuerpo es como un “bebé llorón” y a través del llanto expresa que algo le falta pues no tiene otra forma de hacerlo; su mamá tiene que descubrir qué le pasa y por medio de ir descartando posibles situaciones como: tiene hambre, está mojado, tiene sueño, se ha lastimado, le duele algo, qué características tiene su llanto, qué otras reacciones físicas presenta y con qué intensidad manifiesta sus emociones llegará a un diagnóstico y le proporcionará inmediatamente los cuidados para que el bebé encuentre bienestar muy pronto. Lo mismo sucede con nuestro cuerpo, como no puede hablar emplea mensajes para indicarte que algo le está pasando, los antojos y la ansiedad son simplemente indicadores de que necesita algo y tu eres “su mamá” por lo que te toca descubrir qué le hace falta y procurárselo. A medida que lo conoces y lo observas, cada vez va a ser más fácil el diagnóstico e incluso te anticiparás a cubrir sus necesidades sin esperar a que él te lo “grite”.
La clave entonces, está en identificar qué causa ese descontrol alimentario, afrontar el problema y encontrar una vía diferente para resolverlo de raíz no momentáneamente como sucede cuando satisfaces tus antojos.
Hay muchas causas del porqué la gente ansía ciertos alimentos y principalmente se trata de la carencia de uno o más nutrientes y/o problemas emocionales.
¿Desnutrición? pero si vivimos en una época donde abundan los alimentos y están muy disponibles, te preguntarás. La respuesta es SI, comer en exceso y tener muchos kilos de reserva energética en forma de grasa no garantiza que cada una de tus células estén bien nutridas. Vivimos en una cultura donde la comida es alta en calorías y baja en nutrientes. La mayoría de los alimentos que llegan a nuestra mesa han sido altamente procesados y los nutrientes en su gran mayoría (principalmente los minerales, las vitaminas y enzimas) se han destruido como ocurre con los cereales refinados como el arroz y el trigo con el que se hace el pan blanco, pasteles, pastas, masa para pizzas, etc. Además la comida que se cocina a altas temperaturas (cuando se fríe, hierve o se pasteuriza) se desvitaliza perdiendo sus valiosos nutrientes por los efectos del calor. Lo anterior trae como consecuencia que aunque comas mucho, si tu alimentación no es adecuada, tu cuerpo te pedirá a gritos que le proporciones nutrientes de buena calidad y la forma que tiene para expresarse es provocándote un estado de ansiedad por comer. La clave para tratar la desnutrición está en mejorar la calidad de la alimentación comiendo más comida de alto valor nutricional que aporte más nutrientes y menos calorías.
¿Porqué ansiamos cosas dulces?
El combustible fundamental para nuestras células se llama glucosa, está se obtiene de los carbohidratos, por lo que necesitamos consumir diariamente éstos nutrientes en nuestras comidas. Es importante saber que hay dos tipos de carbohidratos: simples y complejos. Los simples son aquellos que tienen cadenas pequeñas y se digieren fácilmente, por lo que las moléculas de glucosa llegan rápidamente al torrente sanguíneo listas para que las células las utilicen para obtener energía por medio de la insulina, ejemplos de carbohidratos simples tenemos: azúcar, jugos de frutas, miel, harina blanca, y en general los cereales refinados como los cereales de caja. Por el contrario, existen otro tipo de carbohidratos, los complejos que tienen cadenas más largas y llevan más tiempo en digerirse por lo que entran al torrente sanguíneo más lentamente, proporcionando la energía de forma más pausada, ejemplos de carbohidratos complejos son los cereales integrales (avena, arroz, trigo -salvado, centeno) y verduras y frutas enteras y leguminosas como frijol, garbanzo y lenteja, además como éste tipo de alimentos contienen mucha fibra, te ayudan a sentir saciedad por más tiempo.
¿Para qué me sirve identificar los tipos de carbohidratos?
Es muy importante conocerlos, ya que la buena selección de ellos hará que mantengas estables tus niveles de glucosa y no pases hambre entre comidas. En el desayuno y la comida incorpora carbohidratos complejos y no sentirás la necesidad de tomarte un café azucarado 1-2 horas después de que terminaste de comer. Mucha gente, sobre todo en la oficina al llegar o después de la comida, necesita un shoot de café cargado de azúcar o una golosina para despertar, pues siente decaímiento, sueño y falta de concentración, signos de qué tu cuerpo te pide glucosa. Pero ésta es una solución a muy corto plazo y son efectos negativos para la salud a la larga, y es tan cierto como dice el dicho “pan para hoy, hambre para mañana”. Es mejor hacer un desayuno y comida y saludable para no requerir de sustancias adictivas para “levantarnos”.
Por otro lado, ¿quién no ha ansiado profundamente una barra de chocolate? Podríamos decir que casi nadie se ha librado de ésta experiencia, pero… ¿porqué deseamos con frenesí los chocolates? Una de las posibilidades es que tu cuerpo te esté pidiendo a gritos un aporte grande de magnesio, un mineral que se encuentra en gran abundancia en los granos de cacao por lo que sentirás una imperiosa necesidad de comerte un chocolate. Otra de las posibilidades es cubrir necesidades afectivas de las que hablaremos más tarde, comer un chocolate es como darse un “apapacho para el alma” por las sensaciones que provoca.
¿Qué puedes hacer para nutrirte bien y dejar de ansiar la comida?
La solución no está en prohibirse los alimentos deseados, porque como cualquier cosa prohibida: ¡la ansiamos más y vamos por ella! sino en conseguir una alimentación balanceada y rica en nutrientes. Aquí van algunas recomendaciones que te ayudarán a controlar el apetito desmedido:
- Toma mucha AGUA, mucha gente sufre de deshidratación crónica sin darse cuenta, la cual puede confundirse con hambre. Cuando se presente un antojo, antes de comerlo bebe un vaso de agua y observa si con eso la sensación desaparece, te vas a sorprender cuántas veces confundiste el hambre con la sed. No sustituyas con nada el agua natural, es un valioso líquido que tu cuerpo necesita y que te ayudará a controlar la ansiedad. Como recomendación general necesitamos entre 8 a 10 vasos de éste valioso líquido, y si el clima es caluroso y haces ejercicio, necesitarás mayor cantidad. Un buen tip para saber si estás bien hidratado es observar tu orina, ésta tiene que ser sumamente clara y transparente, si ves que tu orina tiene un color ámbar, está muy concentrada y no orinas con frecuencia, inmediatamente ve a beber agua, la necesitas urgentemente.
- Aumenta tu consumo de FIBRA a través de la ingesta de verduras verdes crudas, frutas enteras con cáscara, cereales integrales y leguminosas como frijol y lenteja. Estos alimentos contienen un componente que no se digiere que se le llama fibra y que al combinarse con agua se expande en tu aparato digestivo ayudándote a sentir confortablemente satisfecho por más tiempo. Además la fibra ayuda a evitar el estreñimiento y retrasa la absorción de azúcares en la sangre, siendo de mucha ayuda para personas diabéticas o con síndrome metabólico.
- Ingresa a tu cuerpo alimentos con extraordinario valor nutricional como verduras, frutas, pescados azules, cereales integrales e incorpora siempre que sea posible superalimentos como bayas de goji, espirulina, linaza, amaranto, quinoa, jugos verdes, entre otros, todos estos alimentos aportan muchos nutrimentos y son bajos en calorías.
- Toma un suplemento alimenticio que contenga una mezcla completa de vitaminas y minerales para que no tengas carencia de ninguno de ellos, pues basta que uno esté ausente para que tu cuerpo te lo pida a gritos o enferme.
- Cuando la ansiedad es desmedida, se pueden emplear algunossupresores naturales del apetito como la yerba mate, el té verde y extractos naturales de hierbas como Irvingia Gabonensis (mango africano); estos alimentos te ayudarán a controlar la ansiedad por los alimentos.
Ahora abordaremos el otro aspecto, no menos importante que es el “Hambre Emocional“. Es bien sabido que las emociones juegan un papel muy importante en la forma en la que comemos.
Muchas personas comen cuando no tienen hambre para llenar vacíos emocionales, por que están aburridas, porque se sienten solas, por estrés, porque no tienen relaciones satisfactorias, porque tienen un trabajo estresante, porque necesitan premiarse, para festejar algo, después de una larga jornada laboral, etc. Hay un sin fin de causas emocionales que generan ansiedad por la comida.
Lo primero que tenemos que pensar es que nuestras carencias, insatisfacciones o problemas no se resolverán comiendo, sino afrontando las causas. Nunca serán suficientes todos los chocolates existentes en todo el mundo para calmar tu hambre interior. Una excelente ejercicio cuando estés sintiendo ansiedad por comerte un antojo es detenerte y preguntarte: ¿qué es realmente lo que está pasando aquí? Toma un respiro profundo y busca dentro de tu alma y tu corazón qué es lo que te hace falta, qué estás tratando de compensar comiendo ansiosamente. Cuando nades en las profundidades de tu ser, hallarás lo que te hace falta, cuando lo encuentres haz algo con ello: resuelve el problema, pide ayuda, trabaja interiormente y encuentra la paz y la armonía dentro de ti.
El desarrollo profesional, las relaciones, la espiritualidad y la actividad física, constituyen otra forma de nutrición, ya que las buenas emociones que nos generan cuando están balanceadas y en equilibrio todas estás áreas de la vida de cualquier persona, nos nutren interiormente y nos hacen sentir felices.
Una excelente técnica para descubrir porqué ansiamos la comida es escribir un diario en donde hagas un inventario día por día de tus antojos, escribe qué tipo de alimento ansiaste, en la escala del 1 al 10 en qué intensidad lo deseaste, cuál fue el momento del día en el que experimentaste esa sensación, qué habías comido previamente, cuáles eran los pensamientos que cruzaron por tu mente en ese momento, en qué situación te encontrabas, etc. Todo ello te dará las pistas para descubrir cuáles son tus carencias y por dónde empezar a trabajarlas.
Otra técnica muy buena para evitar los atracones alimenticios es en lugar de comerte eso que ansías, en ese momento decide hacer otra cosa diferente que no esté conectada con la comida. Aquí varios ejemplos:
- Sal a caminar a un parque
- Llama a una persona querida que hace tiempo no contactas
- Tómate un baño relajante, prende velas aromáticas y pon música suave
- Regálate un masaje con aceites aromáticos
- Escucha tu música preferida
- Lee el capítulo de un libro que te guste mucho
- Toma una clase de yoga
- Medita 15 minutos
- Frota tu piel con una toalla caliente y húmeda
- Abraza a un árbol, etc.
Después cuando encuentres un momento de intimidad, te sugiero escribirle una carta a tu cuerpo como la que menciona Joshua Rosental en el libro Integrative Nutrition , con la intención de hacer las paces con él y lo reivindiques. Podrías decirle algo similar a esto o hacer tu propio script:
Querido cuerpo:
Después de profundizar mucho en mis pensamientos,
he decidido ser más considerado y agradecido contigo.
Acepto con todo mi amor la forma en la que estás tratando de decirme
que me amas y que quieres lo mejor para mi mismo.
Prometo ser más paciente y escuchar tus señales
para que no tengas que gritarme lo que te hace falta.
Te ofreceré comida saludable y agua para darte
la nutrición que necesitas.
Me ejercitaré regularmente y cuidaré de mis relaciones
para sentirme más en paz y feliz con la vida.
Aceptaré el poder que tienes para curarme
y te cuidaré como el templo que eres para mi alma.
Prometo aceptarte tal como eres y cuidarte todos los días.
Es un honor habitarte.
¡¡¡Te amo!!!
Tu firma:
Ahora que ya sabes que la manera de comer descontrolada puede tener un origen emocional, se más considerado contigo mismo y aprende a escuchar tu sabiduría interna, de esa manera podrás darte sentimientos y pensamientos nutritivos y tu cuerpo no va a pedirte desesperadamente que te enfoques en él.
Fuente: Vivir Sanamente