Modales para con los demás
   

Modales para con los demás

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Los buenos modales significan consideración hacia los demás.  Una persona educada  no necesariamente es quien acumula  más conocimientos, si no aquel que ha cautivado las facultades de ser mejor, y que puede adquirir cualquier cosa que se proponga sin violar los derechos de otros.

A continuación te brindamos una lista de buenas costumbres.

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    • Debemos abstenernos de toda acción que directa o indirectamente, sea contraria a la limpieza que en sus personas, ropa y habitación han de guardar con quienes tratamos, así como de toda palabra, alusión que pueda producir sensación de asco.

 

    • Es de mala educación, acercarnos mucho a las personas con quien hablamos, y que esta llegue a percibir nuestro aliento. Seamos muy cautos, pues muchas veces nos creemos a suficiente distancia del que nos oye, cuando realmente no lo estamos.

 

    • Es de falta de cultura silbar cuando tenemos personas cerca.

 

    • Cuando tosemos o estornudamos y estamos frente a una persona, debemos colocarnos un pañuelo desechable a la boca, a fin de impedir que se impregne nuestros gérmenes en el aire que aspiran las personas que nos rodean; y aun volvámonos a un lado, pues de ninguna manera está admitido ejecutarlos frente a nadie.

 

    • Evitemos cuanto más nos sea posible, sonarnos frente a alguien; y llegado el caso en que no podamos prescindir de hacerlo, procure delicadeza en sus movimientos, debilitando un tanto, la sensación desagradable que han de experimentar.

 

    • Si por enfermedad nos vemos en la necesidad de sonarnos. Escupir, etc. debemos abstenernos a concurrir a reuniones de etiqueta y aun de poca confianza, así como evitar recibir visitas de la misma naturaleza.

 

    • Nunca debemos brindar a nadie comida ni bebida alguna que nuestros labios tocaran, ni platos u otros objetos que hallamos usado; ni comida que hemos tenido en nuestras manos. (Exceptuando las frutas, cuya corteza las defiende de todo contacto)

 

    • No debemos permitir que una persona toque siquiera con sus manos, lo que de alguna manera se impregnara de la humedad de nuestra boca.

 

    • No ofrezcamos a nadie nuestra ropa que hallamos usado, ni algún objeto que tengamos destinados como uso personal, y si es que nos vemos en el caso de brindar nuestra cama, debemos cambiarla de limpio.

 

    • No contrariemos a los demás en el cumplimiento de las reglas establecidas en los tres párrafos anteriores: sería falto de cultura.

 

    • Es descortés excitar a una persona a que tome con las manos una comida que deba tomarse con tenedor o cuchara, también a que acepte algún obsequio.

      Hay personas que desconocen algunos modales, por estar sujetos a la confianza en todos sus grados, y se acostumbran acostarse en camas de amigos cuando los visitan en sus dormitorios.

 

    • La sola consideración de que el dueño de una cama que hemos usado, tenga que cambiar la ropa de cama, después que nos retiramos, es suficiente para que nos abstengamos de incurrir en esta falta.

 

    • No se deben aplicar los labios al borde de la jarra de agua para beber. Siempre debe servirse en un vaso antes de tomarla.

 

    • Es falta de educación tener a la vista objetos repulsivos, o que sin verlo esencialmente, causan impresión desagradable a alguna de las personas que nos visitan.

 

    • No se debe incitar a una persona a que deguste o huela algo que produzca sensación ingrata al paladar o al olfato. Tenga presente que si rehúsa probar u oler algo, sea o no agradable es altamente contraria a la buena educación.

 

    • Si, como hemos visto, el acto de escupir es inadmisible en la propia habitación, ya puede considerarse cuánto lo será en la ajena.

 


    • Al ingresar a una casa, debemos tratar de limpiar la suela del calzado en el felpudo que encontremos en la parte exterior de la puerta a fin de que nuestras pisadas no ofendan ni ligeramente al aseo de los pisos.

 

    • No nos sentemos sin estar seguros de encontrar el asiento desocupado; sería imperdonable descuido sentarnos sobre un pañuelo, o cualquier otro objeto perteneciente a otra persona.

 

    • Es de mal gusto, mezclar en nuestra conversación palabras, alusiones o anécdotas que puedan inspirar asco a los demás.