
La etiqueta es parte esencial en la urbanidad. Dándose este nombre al ceremonial de usos, estilos y costumbres que se observan en reuniones de carácter elevado y serio, y en actos cuya solemnidad excluye grados de familiaridad y confianza.
Se considera también a la etiqueta, como el conjunto de cumplidos y ceremonias que debemos emplear con las personas, en todas las situaciones de la vida. Esta especie de etiqueta comunica al trato en general, aun en la más íntima confianza, cierto grado de circunspección que no excluye la pasión del alma ni los actos más afectuosos del corazón; pero que tampoco admite aquella familiaridad sin reserva y sin freno que relaja los resortes de la estimación y del respeto, base indispensable de las relaciones sociales.