
Cuantos textos y dichos populares nos advierten sobre la costumbre de criticar a los demás. La Biblia dice: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". La Madre Teresa de Calcuta decía "Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón."
A veces, cuando una persona critica en nuestra presencia a un tercero, nos vemos identificados con la persona criticada, nos molesta. También pensamos que esta actitud prepotente del crítico no nos librará de criticas a nosotros con otras personas. El que critica frecuentemente, va adquiriendo mala imagen. Dale Carnegie daba el siguiente consejo: "Hable usted de sus propios errores antes de criticar al prójimo". Cuando llame la atención a su hijo por algo, piense en lo que hacía usted a su edad. Comience diciéndole: "Yo también a tu edad hacia lo mismo, incluso peor que tú...". Es muy sabio aplicar el dicho "Antes de que digan, digas", esto es, nos indica que es mejor adelantarse a los demás en explicar los defectos propios.
Piense en cómo hemos reaccionado nosotros mismos ante las críticas. Si no tiene mala memoria recordará que hemos reaccionado, en el mejor de los casos, a la defensiva o autojustificándonos; en el peor de los casos, atacando los defectos de la persona que critica. Recuerde ahora como ha reaccionado ante una alabanza generosa. Probablemente ha intentado actuar para merecerla realmente. Practique el arte de la tolerancia, la comprensión, la generosidad... le conviene.
¿Qué sucede cuando criticámos a nuestras parejas?
Jerry Hicks: ¿Que dirían acerca de una mujer que parece sentirse bien acerca de sí misma, que sigue expresando su deseo de tener pareja, pero que las descalifica, una por una, mientras el desfile de hombres entra y sale de su experiencia?
Abraham: Su deseo de tener pareja hace que los hombres sigan viniendo, pero su creencia en las malas relaciones causa que ella los rechace. Y su atención en las características indeseables hace imposible que las características que ella desea vengan a su camino.
Si ella continuamente se enfoca en lo que no le gusta de los hombres que vienen a ella, su atención crónica a lo que carecen los demás le impide estar en alineación con quien ella realmente es. Y bajo esas condiciones, ella no puede sentirse bien acerca de sí misma o acerca de los demás. Encontrar faltas en los demás no es el camino para que te guste lo que ves en ti mismo.
Si eres una persona que se ha entrenado en buscar aspectos positivos, los encontrarás en ti mismo tanto como en los demás. Si eres una persona que se ha entrenado en buscar aspectos negativos, los encontrarás tanto en ti mismo como en los demás. Por lo tanto, es siempre acertado decir que nadie que critica a los demás realmente se gusta a sí mismo. Desafía la Ley.
Siempre que ves aquellos que critican mucho a lo demás, estás viendo gente que no se gusta a sí misma.
Abraham-Hicks Publications©
Extracto del libro en inglés "The Vortex"
