Historia del Bóxer
   

Historia del Bóxer

La historia de la raza comienza en 1895, año en el que se encuentran en Munich tres grandes personajes, Elard König, Rudolf Hogner y Friedrich Roberth, unidos por un ambicioso proyecto: crear el moderno Bóxer alemán.
Es cierto que con anterioridad a esta fecha existían Bóxers y se utilizaba este nombre (cuyo origen es confuso), pero, al menos convencionalmente, en libros y artículos siempre se considera como la fecha de partida del Bóxer, raza que nace con auténtica vocación de funcionalidad y modernidad, sin renegar de sus orígenes, tan antiguos como se quiera.

En realidad son dos las ideas dominantes en los primeros criadores, ambas comunes a la emergente y creativa cinofilia alemana de principios de siglo. König, Hogner y Roberth comprendieron claramente que el Bóxer alemán solo tendría sentido si respondía a las demandas actuales de la sociedad y por lo tanto había que forjarlo de acuerdo con las necesidades del momento, pero con la vista puesta en el futuro, crear al perro del y para el siglo XX.

Para conseguirlo, mezclaron razas como el Bullenbeiser, Dogo de Bravante, Mastiff y Bulldog. El resultado fue un ejemplar de carácter amable y valiente, con un gran sentido de la lealtad y con unos rasgos físicos bastante más grandes y pesados que en la actualidad.
Aunque su evolución ha sido notable y hoy en día la raza es muy sociable, algo conserva de sus feroces antepasados, capaces de combatir contra osos, toros y búfalos. Descrito como perro de infinita fidelidad. El Bóxer es un perro que puede infundir miedo y aspecto de ferocidad. Sin embargo es dueño de una templanza imperturbable, sumamente confiable y protector con los niños

El Bóxer es uno de los más célebres personajes del mundo canino, y se halla dotado de una energía aparentemente inagotable.

La raza no llegó a ser excesivamente conocida en Gran Bretaña y en Estados Unidos hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces ha logrado una enorme popularidad como perro guardián y animal doméstico.

Es un perro que se muestra constantemente dispuesto al juego y al trabajo, pero resulta bastante bullicioso y conserva toda su energía hasta edad avanzada.
Célebre por su valor y disciplina resulta excelente como perro guardián. Se adapta muy bien a la vida familiar; es leal y afectuoso, especialmente con los niños.