Las toallas pierden su suavidad con el tiempo. Tras varios usos, se vuelven ásperas y desagradables al tacto.Peor aún, las fibras irritan la piel. Afortunadamente, esto tiene solución.No es necesario utilizar suavizante para obtener resultados. Descubre cuál es el mejor truco para mantener tus toallas tan suaves como siempre, con un delicioso aroma. Toma nota.
La mayoría de la gente no sabe cómo lavar las toallas correctamente. Para obtener los mejores resultados, no hace falta pagar productos costosos. Confía en este imparable sistema para mantener la suavidad de tus toallas.
La técnica de lavado adecuada para las toallas
Para mantener las toallas suaves durante más tiempo, no busques más. No es cuestión de gastar mucho dinero en detergentes adicionales. Ve a la cocina y prepara unos pocos ingredientes. El bicarbonato de sodio sigue siendo el ingrediente estrella para la limpieza. Es un blanqueador infalible que mantiene tus toallas suaves.
Bicarbonato de sodio
¿Por qué tus toallas acaban ásperas? Una de las razones es la cal. Pero, ¿sabías que el bicarbonato de sodio desodoriza, reaviva los colores y evita la formación de cal? Las hadas del hogar saben que el bicarbonato de sodio es ideal para mantener las toallas suaves y esponjosas. Sólo tienes que añadir una o dos cucharadas de bicarbonato de sodio a la cubeta de la lavadora antes de ponerla en marcha. ¡Insuperable! Añádelo a tu dosis habitual de detergente en polvo.
Vinagre y zumo de limón
Para un efecto más pronunciado, mezcla cuatro cucharadas de vinagre blanco con zumo de limón. Dilúyelo en agua y sumerge las toallas en esta solución. Además de suavizar las toallas, la solución reaviva el color. Y eso no es todo: este método elimina todo tipo de bacterias que pueden infestar las toallas. Ten en cuenta que el olor del vinagre blanco persiste durante unas horas antes de disiparse.
Buenos hábitos para mantener las toallas suaves durante más tiempo
Además de los consejos domésticos para utilizar en casa, es necesario adoptar ciertos hábitos al usar la lavadora. Así mantendrás las toallas suaves durante más tiempo.
Buenos hábitos para mantener las toallas suaves durante más tiempo
Además de los consejos domésticos para utilizar en casa, es necesario adoptar ciertos hábitos al usar la lavadora. Así mantendrás las toallas suaves durante más tiempo.
Evite sobrecargar el tambor. El tambor debe llenarse hasta 2/3 de su capacidad para garantizar un aclarado y lavado óptimos.
Utiliza una dosis adecuada de detergente, sobre todo si usas lejía o suavizante. Esto se debe a que estos productos recubren las fibras con una capa cerosa que se acumula con cada lavado. Con el tiempo, esto reduce la capacidad de absorción del tejido.
Suavizante casero
Los suavizantes caseros no contienen sustancias químicas, a diferencia de los productos que se venden en los supermercados. Estos últimos contienen fragancias sintéticas, conservantes y tensioactivos que suelen ser alérgenos.
Además, los suavizantes comerciales son perjudiciales para la lavadora, ya que hacen que se acumulen depósitos en ella con el tiempo.
Además, los suavizantes comerciales son perjudiciales para la lavadora, ya que hacen que se acumulen depósitos en ella con el tiempo.
Ingredientes para el suavizante casero
Para hacer tu propio suavizante casero sólo necesitas unos pocos ingredientes:
- 1 parte de vinagre blanco
- 1 parte de bicarbonato de sodio
- 3 partes de agua
- de 10 a 20 gotas de aceites esenciales de tu elección
- 1 ensaladera
- 1 botella vacía
¿Qué aceites esenciales son mejores para el suavizante casero?
Evita los aceites esenciales que puedan causar irritación, como la canela. En su lugar, elige aceites esenciales como el de limón, lavanda, lavandina, eucalipto o menta. Estos aromas añadirán una fragancia fresca y agradable a tu lavado.
Pasos para hacer tu propio suavizante
1. Utiliza vinagre blanco. Empieza echando una medida de vinagre blanco. Te brindamos un pequeño truco para asegurarte de que mides la cantidad correcta. Utiliza un bote de yogur limpio como vaso medidor o uno similar y luego vierte el vinagre en una ensaladera.
2. Añade el bicarbonato. Vas a utilizar la misma medición que usaste con el vinagre blanco. No podemos resistirnos al placer de enumerar rápidamente sus cualidades: abrasivo delicado, friega sin rayar y elimina la cal sin descanso. Desengrasa las manchas más comunes sin dañar la superficie. Combinado con otros ingredientes para fabricar un suavizante, el bicarbonato ablanda el agua demasiado dura, limpia a fondo y desodoriza la ropa... al tiempo que es totalmente inodoro.Así que tiene todas las ventajas.
3. Mezcla tus dos ingredientes estrellas. ¡El bicarbonato hace espuma y crepita cuando entra en contacto con el vinagre blanco! No te asustes. Esta reacción es completamente normal y pronto se reducirá al añadir el agua.
4. Por una dosis de bicarbonato y vinagre blanco, añade 3 dosis de agua. Añádelas a tu ensaladera.
5. Añade los aceites esenciales. Para esta parte de la receta, sólo hay una consigna: ¡regálate un capricho! Combina las fragancias de tu elección, teniendo en cuenta que cada aceite esencial tiene sus propias virtudes. Nosotras hemos optado por la combinación refrescante y tonificante de limón y lavanda. Estos aceites esenciales son antibacterianos y antisépticos, y proporcionan un auténtico aroma a ropa limpia. Desde un punto de vista más práctico, también son los aceites más fáciles de encontrar en las tiendas, y además a precios asequibles.
6. La alternativa a los aceites esenciales: Las flores. Si vas a preparar una receta natural, ¿por qué no ir hasta el final? Puedes sustituir los aceites esenciales y el vinagre blanco por una maceración de plantas. Lila, rosa, verbena, lavanda, ranúnculo, romero... también en este caso, la elección es amplia. Coloca las flores frescas en un tarro, cúbrelas con vinagre blanco y déjalas macerar durante al menos un mes. Cuela y ¡listo!
7. Mezcla todo antes de verterlo en una botella de cristal o plástico con tapón. Nuestro consejo: ¡utiliza un embudo si no quieres que se desparrame y se pierda tu preciada mezcla!
2. Añade el bicarbonato. Vas a utilizar la misma medición que usaste con el vinagre blanco. No podemos resistirnos al placer de enumerar rápidamente sus cualidades: abrasivo delicado, friega sin rayar y elimina la cal sin descanso. Desengrasa las manchas más comunes sin dañar la superficie. Combinado con otros ingredientes para fabricar un suavizante, el bicarbonato ablanda el agua demasiado dura, limpia a fondo y desodoriza la ropa... al tiempo que es totalmente inodoro.Así que tiene todas las ventajas.
3. Mezcla tus dos ingredientes estrellas. ¡El bicarbonato hace espuma y crepita cuando entra en contacto con el vinagre blanco! No te asustes. Esta reacción es completamente normal y pronto se reducirá al añadir el agua.
4. Por una dosis de bicarbonato y vinagre blanco, añade 3 dosis de agua. Añádelas a tu ensaladera.
5. Añade los aceites esenciales. Para esta parte de la receta, sólo hay una consigna: ¡regálate un capricho! Combina las fragancias de tu elección, teniendo en cuenta que cada aceite esencial tiene sus propias virtudes. Nosotras hemos optado por la combinación refrescante y tonificante de limón y lavanda. Estos aceites esenciales son antibacterianos y antisépticos, y proporcionan un auténtico aroma a ropa limpia. Desde un punto de vista más práctico, también son los aceites más fáciles de encontrar en las tiendas, y además a precios asequibles.
6. La alternativa a los aceites esenciales: Las flores. Si vas a preparar una receta natural, ¿por qué no ir hasta el final? Puedes sustituir los aceites esenciales y el vinagre blanco por una maceración de plantas. Lila, rosa, verbena, lavanda, ranúnculo, romero... también en este caso, la elección es amplia. Coloca las flores frescas en un tarro, cúbrelas con vinagre blanco y déjalas macerar durante al menos un mes. Cuela y ¡listo!
7. Mezcla todo antes de verterlo en una botella de cristal o plástico con tapón. Nuestro consejo: ¡utiliza un embudo si no quieres que se desparrame y se pierda tu preciada mezcla!
Truco para conservar el color de las toallas
Según los fabricantes de toallas, hay que lavar las toallas de color cada tres o cuatro días. Esto es para preservar su color. Sin embargo, si las guardas en un lugar seco y ventilado, una vez a la semana es suficiente. Puedes utilizar un seca toallas eléctrico para facilitar tu rutina diaria.
Es esencial lavar las toallas separadas de otros tejidos. Las toallas tienden a absorber los colores de otras prendas. Como resultado, pueden soltar pelusas, que pueden extenderse a otras prendas. Esto no es buena señal para las prendas de lana.
Hay que lavar por separado las toallas blancas y las de color. Es un detalle para tener muy en cuenta para no alterar sus colores.
Ten en cuenta que el suavizante puede acortar la vida de las toallas. Es más, es probable que este producto las aclare. El tejido será suave, pero la composición del suavizante reducirá su capacidad de absorción.
Es esencial lavar las toallas separadas de otros tejidos. Las toallas tienden a absorber los colores de otras prendas. Como resultado, pueden soltar pelusas, que pueden extenderse a otras prendas. Esto no es buena señal para las prendas de lana.
Hay que lavar por separado las toallas blancas y las de color. Es un detalle para tener muy en cuenta para no alterar sus colores.
Ten en cuenta que el suavizante puede acortar la vida de las toallas. Es más, es probable que este producto las aclare. El tejido será suave, pero la composición del suavizante reducirá su capacidad de absorción.
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