El resentimiento, una carga que daña
   

El resentimiento, una carga que daña



Cuando te aferras al resentimiento en realidad te estás dañando a ti mismo, y es muy importante que puedas ir hacia adentro y sientas absolutamente todo, porque una vez que dejes ir al resentimiento, cuando sueltes su carga en lugar de estar aferrándote a ella como si fuera algo precioso, vas a soltar eso. Podrás dejar ir los juicios y lo que eso te produce, puedes dejar ir todo.

Durante la vida, todos creamos eso, es parte de la dualidad. Tenemos personas a quienes amamos, a quienes odiamos, personas que nos han tratado bien, otras que fueron rudas, personas que nos han abandonado, traicionado, personas en quienes nosotros confiábamos y nos han robado, todo esto sucede, así es la vida. Y ¿por qué la vida es así? porque es una ilusión de dualidad y justamente eso es lo que crea la ilusión. Crea la desconfianza, y el miedo, las protecciones, eso nos sucede a todos los seres humanos.

Esa protección es la que nos impide recibir el amor y, en realidad, nos está dañando a nosotros mismos. Entonces, es muy importante que vayas hacia adentro tuyo con la intención de dejarlo ir, porque si te sigues aferrando a eso, la única persona que sale lastimada allí eres tu. Y vas a seguir siendo lastimada porque no estás tomando responsabilidad y yo sé que, en algunas circunstancias es impactante, pero es muy importante que aprendas a amarte completamente a ti mismo y dejes ir eso de una vez por todas. No se trata de fingir; se trata de sentir, mover la carga de lo que sientes y dejarlo ir. No se trata de pretender que está bien si aún no lo está, pero sí de tener la intención y así lo soltarás.

 Se puede dejar ir todo: los mayores engaños y traiciones, la violación física, las cosas más horribles del pasado, las puedes dejar ir. ¿Por qué puedes? Porque tú no eres eso, tú eres el amor, tú eres esa vibración, ese vacío. Tú eres esa vibración que puede permitir que todo te traspase sin tocarte. Y, a veces, esas cosas sobre las que estás resentido son justamente aquellas que más te han empujado a crecer.

Isha