ACEPTAR: acepto que el propósito del Universo es perfecto y que     todo lo que ocurre es neutro y necesario. RENUNCIO a intentar cambiar a los demás     y, en su lugar, trabajaré sobre mí mism@. RENUNCIO a luchar y a tratar de modificar     el orden perfecto del Universo y sus procesos necesarios, y, sobretodo, a     tratar de interferir con las experiencias de vida de las demás personas.
ASUMIR: asumiré el resultado de mis decisiones y de mi experiencia     de vida. ASUMIRÉ que mis pensamientos, sentimientos y emociones los genero yo     mism@ y no lo que sucede a mi alrededor, ni mucho menos lo que piensen, digan,     hagan o dejen de hacer los demás. RENUNCIO a culpar a nada ni a nadie por lo     que me suceda o deje de sucederme. El culpable no existe.
ACTUAR: actuaré con total eficacia y serenidad ante cualquier     circunstancia que se presente, dando lo mejor de mí en las labores que me     corresponda realizar. RENUNCIO a agredir de pensamiento, palabra y obra. No     agrediré a nada ni a nadie. Tendré absolutas firmeza y lealtad con los acuerdos     y compromisos que libremente establezca. El hacer es la clave del tener.
AGRADECER: agradezco TODO lo que tengo y todas las situaciones     difíciles y dolorosas, porque ellas son oportunidades que nos da la vida para     aprender y hacer nuestro desarrollo espiritual. RENUNCIO a sufrir ante las     dificultades, comprendiendo que tienen un profundo propósito de amor para poder     reconocer la ley y liberarme de las limitaciones, las dependencias y el     sufrimiento.
VALORAR: valoro y disfruto intensamente todo lo que  tengo y todo lo que hago. Reconozco que     siempre tengo conmigo todo lo necesario, y valorándolo, desarrollaré la     capacidad para disfrutar nuevas cosas y relaciones. RENUNCIO a quejarme de lo     que tengo. La queja nos hace pobres. La prosperidad es el resultado de la     valoración. El que no valora lo que tiene está en camino de perder lo que     necesita.
RESPETAR: Respeto a todas las personas en sus ideas, costumbres,     creencias, comportamientos, y en su derecho a tomar sus propias decisiones.     RENUNCIO a criticar, descalificar, juzgar, condenar y castigar a toda persona     por cualquier motivo, porque comprendo que cada quien hace lo mejor que puede     con lo mejor que sabe, y no soy yo quien para juzgarlo. Daré información de     sabiduría sólo a quien la pida expresamente o a quien acepte mi ofrecimiento     sutil por respetuoso.
ADAPTARSE: me adapto sin reservas al lugar donde me corresponde     cumplir funciones para lograr en él una vida llena de satisfacciones. RENUNCIO     a huir de lugar y de las situaciones que me corresponde vivir. Creer que la     felicidad está en otra parte diferente a nuestro interior, es una falsa     ilusión. ¡A partir de hoy sólo pensaré lo mejor, sólo diré lo adecuado y sólo     haré lo necesario.
De Gerardo Schmedling
