¡Cree en ti! ¡Ten fe en tus capacidades! Si no tienes confianza –una confianza humilde, pero razonable– en tus propios poderes, no puedes tener éxito o ser feliz. Pero si tienes confianza en ti, puedes triunfar. Un sentimiento de incapacidad interfiere con el logro de tus esperanzas, pero la confianza en uno mismo conduce a la autorrealización y al logro de tus esperanzas. Debido a la importancia de esta actitud mental, este libro te ayudará a creer en ti y a liberar tus poderes interiores.
Es lamentable el gran número de personas que se amarga la vida por un complejo de inferioridad. Pero tú no tienes que sufrir este problema. Puedes desarrollar fe en ti mismo.
Después de una conferencia, un hombre me preguntó, "¿Me permite hablarle sobre un asunto muy importante para mí?"
Nos apartamos un poco y nos sentamos.
Me contó: "Estoy en esta ciudad para finalizar el negocio más importante de mi vida, pero no creo que lo pueda hacer. Estoy desanimado y deprimido. De hecho, estoy a punto de hundirme. ¿Por qué será que toda mi vida he estado atormentado por sentimientos de inferioridad? Esta noche escuché su discurso sobre el poder del pensamiento positivo, y quiero preguntarle cómo puedo lograr tener fe en mí".
"Hay dos pasos a seguir", le respondí. "Primero, es importante descubrir por qué tienes esos sentimientos. Esto requiere análisis y llevará tiempo, y puede requerir tratamiento profesional. Pero para ayudarte con este problema ahora mismo, te voy a dar una fórmula.
Mientras camines por la calle esta tarde, repite las palabras que te voy a decir. Repítelas varias veces antes de tu importante cita. Hazlo con una actitud llena de fe y recibirás la capacidad para enfrentar el problema".
Le dije que repitiera esta afirmación: "A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). "Ahora sigue esa premisa y las cosas saldrán bien".
Se puso de pie, no se movió por un momento y entonces dijo con mucha convicción: "Muy bien, Doctor, de acuerdo".
Lo miré ponerse derecho y salir. Parecía una figura triste; sin embargo, la manera en que se conducía, mostraba que la fe ya había comenzado a trabajar en su mente.
Más adelante me informó que esa simple fórmula "funcionó maravillosamente" para él y añadió, "parece increíble que unas pocas palabras de la Biblia pudieran lograr tanto".
Muchas de las causas de los sentimientos de inferioridad provienen de nuestra infancia. Puedo ilustrar a través de una anécdota personal cómo muchos jóvenes adquieren complejos de inferioridad.
Cuando yo era pequeño era muy delgado. Tenía mucha energía, participaba en atletismo, era sano y fuerte, pero flaco. Y eso me molestaba, porque yo no quería ser flaco. Quería ser fuerte y gordo. Hice de todo para engordar. Tomaba aceite de hígado de bacalao, bebía batidos de leche, comía helados de chocolate, tortas y pasteles, pero todo era inútil. Seguía siendo delgado y no podía dormir por la noche pensando en esto y sufriendo. Intenté ganar peso hasta que, a los treinta años de edad, de repente aumenté de peso. Entonces me molestaba estar tan gordo, y finalmente tuve que bajar 40 libras con gran esfuerzo para poder alcanzar una talla respetable. En segundo lugar, casi todos los miembros de mi familia eran oradores, y eso era la última cosa que yo quería ser. Solían hacerme hablar, aún sabiendo que ello me daba mucho miedo. Tuve que usar todos los recursos conocidos para desarrollar confianza en los poderes que el Señor me dio.
Encontré la solución en las simples técnicas de fe que enseña la Biblia. Estos principios son científicos y pueden eliminar los sentimientos de inferioridad de cualquier personalidad. Su uso puede liberar los poderes que han sido inhibidos por sentimientos de incapacidad. Estos son algunos de los orígenes del complejo de inferioridad que erige barreras en el poder de nuestras personalidades. Puede ser causado por alguna violencia emocional padecida en nuestra niñez, o ser la consecuencia de ciertas circunstancias, o tal vez algo que nos hicimos a nosotros mismos. Este malestar surge de un pasado borroso en el oscuro hueco de nuestras personalidades. Quizá tuviste un hermano mayor que era un estudiante brillante. Él sacaba siempre A en el colegio; y tú sólo lograbas C, y nunca pudiste dejar de pensar en esto. Creíste que nunca podrías triunfar en la vida como él. Él tenía A y tú siempre C, así que pensaste que estabas condenado a obtener C toda tu vida. Aparentemente nunca te diste cuenta de que algunos de los que nunca tuvieron buenas calificaciones, fueron muy exitosos fuera de la escuela. El hecho que alguien obtenga A en la universidad no quiere decir que es la mejor persona de Estados Unidos, porque a lo mejor dejará de obtener altas calificaciones cuando obtenga su diploma, y el compañero que tenía C en la escuela logrará más adelante la verdadera A en la vida.
El mejor secreto para eliminar el complejo de inferioridad, que no es más que otro término para describir una profunda duda sobre uno mismo, es llenar tu mente y tus pensamientos con fe. Aprende a tener una enorme fe en Dios y esto te dará una fe realista en ti.
La adquisición de una fe dinámica se logra con la oración, leyendo la Biblia y practicando sus técnicas de fe. Visita a un consejero espiritual competente y déjale que te enseñe cómo tener fe. La capacidad para tener fe y utilizarla, debe ser estudiada y practicada para alcanzar la perfección.
Para aumentar los sentimientos de confianza en ti mismo, practica sugiriéndole conceptos de confianza a tu mente. Es posible, aún en medio de tu trabajo diario, trasladar pensamientos de confianza a tu consciencia. Permíteme contarte sobre un hombre que lo hizo. Mientras me llevaba a una de mis conferencias, me dijo, "Antes yo estaba lleno de inseguridades. Pero di con un magnífico plan que eliminó esos pensamientos de mi cabeza, y ahora vivo con confianza".
Este era el "magnífico plan". Señaló un ganchito adherido en el tablero del auto, buscó en el interior de la guantera y tomó un paquete de tarjetas. Seleccionó una y la puso en el ganchito. Decía, "Les aseguro que si tuvieran fe... nada les sería imposible" (Mateo 17:20). Sacó esa, seleccionó otra y la puso en el ganchito. Esta decía, "¡Si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!" (Romanos 8:31).
"Soy representante de ventas", explicó, "antes conducía mi auto entre visitas teniendo pensamientos de miedo y derrota. Esa fue una razón por la cual mis ventas disminuyeron. Pero desde que estoy usando y memorizando estas tarjetas, las inseguridades que antes me asechaban han desaparecido. En vez de pensamientos de ineficacia y derrota, tengo pensamientos de fe y valentía. Es increíble la manera en que este método me ha cambiado y, además, ha ayudado en mi negocio". El plan de este hombre es sabio. Llenando su mente con afirmaciones de Dios, había eliminado su sensación de inseguridad. Se liberaron sus poderes potenciales.
La falta de confianza en uno mismo es, aparentemente, uno de los grandes problemas que acosan a las personas hoy en día. En una universidad se realizó una encuesta a seiscientos estudiantes de sicología. Se les preguntó acerca de sus problemas personales más difíciles. El setenta y cinco por ciento nombró la falta de confianza. Podemos suponer, sin temor a equivocarnos, que esta misma gran proporción se da en la población general. Por todas partes encontrarás personas que están asustadas emocionalmente, que retroceden ante la vida, que padecen de una profunda incapacidad e inseguridad, que dudan de sus propios poderes. Profundamente en su interior desconfían de su capacidad para asumir responsabilidades o para aprovechar oportunidades. Siempre están acosados por el vago y siniestro miedo de que algo no va a salir bien. Ellos no creen tener lo que necesitan para ser lo que quieren ser, y tratan de contentarse con menos de lo que son capaces. Miles y miles se arrastran por la vida, derrotados y llenos de miedo. Y en la mayoría de los casos, no es necesaria tanta frustración de poder.
Los golpes de la vida, la acumulación de dificultades, la multiplicación de problemas tienden a disminuir la energía y a dejarte agotado y sin aliento. En estas condiciones con frecuencia no se aprecia el verdadero poder, y el individuo cede a un desaliento que no está justificado por los hechos. Es de vital importancia que vuelvas a examinar tus valores personales.
El famoso siquiatra, Dr. Karl Menninger, dijo una vez "Las actitudes son más importantes que los hechos". Vale repetir esto hasta que aceptes su verdad. Cualquier hecho al que nos enfrentemos, aunque parezca sin solución, no es tan importante como nuestra actitud ante ese hecho. Puedes dejar que algo te abrume mentalmente aún antes de empezar a enfrentarlo. Por otra parte, los pensamientos de confianza pueden modificarlo o resolverlo. Así que si te sientes derrotado y has perdido confianza en tu capacidad de vencer, siéntate, toma una hoja de papel y haz una lista, no de los factores en tu contra, sino de aquellos que están a tu favor. Si pensamos constantemente en las fuerzas que parecen estar en nuestra contra, estas fuerzas asumirán una fortaleza formidable que en realidad no tienen. Pero si mentalmente visualizas, afirmas y reafirmas tus valores, podrás salir de todas tus dificultades. Tus poderes interiores se reafirmarán y, con la ayuda de Dios, te llevarán a la victoria.
Una cura segura contra la falta de confianza es tener en mente que Dios está contigo y te está ayudando. Esta es una de las enseñanzas más simples en religión –el saber que Dios Todopoderoso te está cuidando. Ninguna idea es tan poderosa para desarrollar la confianza en uno mismo que cuando se practica esta simple creencia. Para practicarla, simplemente repite, "Dios está conmigo; Dios me ayuda; Dios me guía". Pasa algunos minutos todos los días visualizando Su presencia. Luego practica creyendo esa afirmación. No tengas duda de que lo que has afirmado y visualizado es verdad. Afírmalo, visualízalo, créelo –y se hará realidad. La liberación de poder que este procedimiento estimula te asombrará.
Extracto de "El Poder del Pensamiento Positivo"- Norman Vicent Peale