El poder curativo de ayudar a los demás Dr. Harold Bloomfield
Centrar la  atención en los demás puede servir para salir del común estado de bloqueo que  se produce cuando nos concentramos en la familia, la profesión y las preocupaciones  económicas. Ayudar a los demás suele mejorar el ánimo, aumentar el optimismo y  nutrirnos con una sensación de auténtica gratitud. Ayudar a alguien menos capaz  puede hacer que apreciemos más nuestras habilidades, nuestros conocimientos,  nuestra competencia y nuestros puntos fuertes. El principal beneficio de  ayudar parece hallarse en el proceso más que en los resultados. Con  esto quiero decir que los beneficios -de quien ayuda y de la persona a la que  ayuda- surgen principalmente de las interacciones que se producen en cada  momento mientras la actividad de ayuda tiene lugar, y no de si se «arregla» o  no un problema social. 
Contrariamente  a la opinión popular, ayudar a los demás no exige que se le dedique una enorme  cantidad de tiempo. Lo único que se necesita es un plan personal que puede  variar desde hacer un trabajo programado en alguna organización de voluntarios  hasta actos espontáneos de generosidad y amabilidad durante la semana. Al  elegir un tipo de ayuda que intensifique los buenos sentimientos y favorezca  que continuemos ayudando cada semana, creamos un contacto personal con las  personas a las que ayudamos. Para mantener vivo el entusiasmo, procuremos que  la clase de ayuda que proporcionamos sea algo que esté en consonancia con  nuestros intereses o habilidades. 
Otra cosa  maravillosa que puedes hacer es concertar una entrevista de cinco minutos a  solas con tu ser amado y comunicarle muchos de los motivos concretos que tienes  para apreciarlo. ¿Qué sentido y estímulo podéis encontrar tu pareja y tú en la  historia detallada de vuestra relación? Haz una lista antes para poder «bañar»  en aprecio y gratitud a tu ser amado. 
Algunas  sugerencias: 
• ¿Qué fue  lo que te atrajo de tu pareja al principio? 
" ¿Qué  cualidades concretas admiras más en él o ella? 
"  ¿Cuáles fueron algunos de los momentos culminantes cuando comenzasteis a salir  juntos? ¿Y los momentos de risa y diversión?
Qué te hizo  considerar que valía la pena continuar la relación? 
•   ¿Cómo contribuyó tu pareja a que ambos  superaseis las diferencias u obstáculos que se presentaron en el camino? 
•   ¿Cuáles son tus recuerdos predilectos de tu  primer año de relación? 
•   ¿Qué esfuerzos de tu pareja han servido para  que la relación superase los momentos difíciles? 
Una vez que  hayas hecho la lista de vuestras experiencias y de las cualidades concretas  que aprecias en tu ser amado, hazle partícipe de los resultados. Una regla: La  persona que escucha no debe hacer ningún juicio ni negar ninguno de los  comentarios elogiosos («Pues, la verdad es que no soy tan considerado», «Nunca  he sido tan atractiva; además, ahora tengo que perder cinco kilos»). Después,  concertad otra cita para intercambiar los papeles, y concédele a tu pareja  cinco minutos para que te diga las cosas concretas que aprecia en ti. Este  sencillo ejercicio va bien para sacudirse la indiferencia que crea la rutina y  avivar eficazmente la conciencia de las propias cualidades y las de la pareja,  conciencia que forma los cimientos compartidos, y a veces ocultos, del amor  mutuo.
Extracto del libro Gratitud "Dar gracias por lo que tienes transformará tu vida" - Louise L. Hay
