Los pies también hablan
   

Los pies también hablan


Sí, nuestros pies, esos grandes olvidados, esa parte de nuestro cuerpo en la que apenas reparamos, a la que no prestamos atención y de la que a menudo incluso renegamos (no nos gustan, nos parecen feos, etc), también nos hablan. En ellos quedan grabadas nuestras experiencias más profundas y nos muestran la vida que hemos llevado, las decepciones, los sufrimientos,
traumas y emociones que hemos sufrido. Así pues, no existen los pies feos, sí los pies castigados, cansados o maltratados. 


Sin embargo, esa maravillosa obra de ingeniería que son nuestros pies, no sólo nos aguantan y sostienen nuestro peso a pesar de ser tan pequeños con relación a nuestro cuerpo, no sólo nos traen y nos llevan a dónde queremos siempre que queremos, no sólo nos permiten realizar todas las actividades que deseamos, sino que, además, tienen un lenguaje de formas, movimientos, texturas y estructuras, que nos pueden ayudar a conocernos mejor. 



Ellos nos muestran si nuestra vida ha sido fácil o si, por el contrario, ha sido una vida dura y difícil en la que ha habido mucho dolor y sufrimiento; y lo hacen mediante las huellas que se encuentran grabadas en ellos. 

Así, por ejemplo, los surcos profundos que muchas veces encontramos en los mismos, nos están indicando que su dueño ha sufrido mucho y, dependiendo de la zona del órgano reflejo en que se encuentren, podemos tener una idea de qué clase de dolor ha padecido. 
Si el surco se encuentra en la zona correspondiente a la caja torácica, es como si esa persona hubiese recibido lo que coloquialmente llamamos un “hachazo en medio del pecho”; es posible que haya sufrido lo que considera una traición de quien menos se lo esperaba, lo que le ha causado mucho dolor. 

Si lo encontramos en la zona correspondiente al corazón, seguramente nos está indicando que alguien le ha “roto el corazón” causándole un gran dolor del que le es muy difícil recuperarse. 

Si se encuentra en la zona correspondiente al estómago o intestinos, nos está indicando que probablemente haya pasado mucho tiempo aguantando una situación que le causaba mucho dolor pero trataba de “digerirla” como podía y de resistir a pesar lo difícil de la misma.



Si está en la zona correspondiente a los órganos reproductores o en la de los órganos genitales, nos podría estar indicando que esa persona ha podido tener experiencias traumáticas relacionadas con esos órganos, por ejemplo embarazos no deseados, abortos, abusos….. Y así seguiríamos interpretando los mensajes que los pies nos ofrecen mediante su especial lenguaje. 


Por otra parte, muchas veces los pies se hinchan sin que, aparentemente, haya razón alguna. 



Decimos “tengo retención de líquidos”, pero…. ¿qué representan los líquidos? Como decíamos antes, estos representan las emociones; por lo cual, lo que nos están diciendo, es que estamos “reteniendo” nuestros sentimientos guardándolos para nosotros y, por tanto, no estamos expresando nuestras emociones. 

Como decía anteriormente, también podemos llegar a conocernos mejor observando nuestros pies. La forma y la textura de los mismos, de sus dedos y sus uñas, es otro modo mediante el cual nos hablan de la personalidad y las capacidades que poseemos. 

Unos pies fuertes, bien proporcionados, con una buena estructura ósea y una musculatura fuerte nos está hablando de alguien dinámico, activo, resuelto, fuerte, con gran capacidad para poner en marcha y llevar a cabo cualquier proyecto que se proponga. 

Por el contrario, una estructura ósea débil, con huesos pequeños y con una musculatura debilitada, nos indica que esta persona no tiene la misma fuerza o energía constitutiva que la anterior, le costará por tanto mucho más esfuerzo llevar a cabo cualquier empresa que emprenda, y se sentirá más agotada aun realizando menos actividades. Será más temerosa a la hora de tomar decisiones y actuará con más prudencia. 

Un dedo gordo, grande, musculoso, con un tejido muy prieto o compacto, nos habla de alguien con una capacidad mental enorme, muy inteligente, con una mente privilegiada. Ahora bien, si el resto de los dedos no están proporcionados, si son muy pequeños, delgaditos, con respecto al dedo gordo, nos indica que su dueño no escucha ni ve lo que los demás le muestran, que se cree en posesión de la verdad absoluta y no es influenciable en absoluto, llegando en muchos a la cabezonería o tozudez. 

Si, por el contrario, el dedo gordo es un dedo laxo, sin consistencia y sin tono muscular, esto nos puede indicar una capacidad mental más reducida, será alguien a quien le cueste mucho tener un criterio propio, por lo que será muy influenciable, pudiendo quedar a merced de los demás. También nos puede hablar de una persona muy agotada psíquicamente por tener demasiados conflictos mentales a los que no pueda encontrar solución y que le sobrepasen. En personas mayores pudiera tratarse de problemas mentales, de pérdida de memoria, demencia senil, mientras que en personas jóvenes nos puede mostrar que su capacidad mental se encuentra disminuida por haber gastado mucha energía mental, como por ejemplo en época de exámenes.

La rigidez o flexibilidad en los movimientos del pie también nos muestran aspectos de la personalidad. Una rigidez excesiva, nos puede indicar que se trata de alguien inmóvil en sus planteamientos y creencias, o también puede tratarse de una persona muy exigente y perfeccionista. 

Si por el contrario encontramos una excesiva flexibilidad articular y laxitud en los tejidos, puede que le falte energía para realizar sus proyectos, o que la pierda antes de materializarlos; también pudiera indicarnos que esa persona cede siempre demasiado ante los demás. 

Si los pies presentan un ensanchamiento fuerte y musculoso en la zona de la unión de los dedos con el metatarso, nos encontramos ante alguien con una gran capacidad de acción y actuación en la vida, que podrá realizar una gran cantidad de actividades diversas con gran eficacia. 

Si es el talón el que es muy ancho respecto al resto del pie, nos indica que esa persona necesita sentirse segura y rodearse de comodidades y confort en su vida, será alguien a quien le encante vivir lujosamente; si por el contrario el talón es estrecho, nos muestra alguien que necesita mucho menos para ser feliz. 

Por otro lado, los pies cavos o con un puente muy pronunciado, nos hablan de una personalidad altruista, mientras que los pies planos tienden al materialismo. 

Las uñas también nos dan información. Si se encorvan hacia abajo nos hablan de una personalidad enfocada a la materia, a lo terrenal; mientras que unas uñas que se elevan hacia arriba, como separándose de la piel, nos hablan de alguien con unas inquietudes más espirituales. 

Naturalmente, no hay regla sin excepción, por lo que a veces también nos podemos encontrar con personas cuya personalidad o facultades no se ajustan en todo o en parte, a las características que aquí se exponen. 

En cualquier caso, espero que la lectura de estas líneas nos ayude a mirar nuestros pies de otro modo, y a tratarlos en adelante con el respeto y el cariño que sin duda ellos merecen. 

Elvira Luján 
Reflexoterapeuta