Los siete principios de la felicidad: El fin del romanticismo
   

Los siete principios de la felicidad: El fin del romanticismo

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5. Principio Del Ritmo (2da. Parte)

Principio del Ritmo (1ra. Parte)

EL RITMO DEL PLANETA

Según el Principio del Ritmo, todo en la vida tiene un pendular. Cuanto más lejos ha llegado el péndulo en el polo negativo (tristeza, dolor, sufrimiento etc.), más se inclinará luego hacia el otro extremo (alegría, éxito, felicidad, etc.). De acuerdo con El Kybalión, el movimiento siempre comienza en el extremo negativo y nunca al revés. Es decir que si se está viviendo un momento feliz, no significa que luego se va a sufrir. En realidad, el proceso es al revés: si se ha sufrido un gran dolor, la vida luego nos compensa con una gran alegría. El movimiento pendular se reduce en la medida en que nos elevamos espiritualmente y se termina cuando nos hallamos en el terreno del Espíritu. Es entonces cuando se alcanza el estado de dicha constante y paz. Cuando uno logra llegar a ese punto, en el cual se puede sentir bien con pareja o sin ella, dinero, familia, y demás, es cuando uno se ha situado sobre el péndulo. Mientras uno oscila emocional o mentalmente es porque todavía está siendo arrastrado por aquél.

El balance puede lograrse en ciertas áreas primero y luego en las demás. Por ejemplo, una persona puede tener solucionada su vida económica pero no su vida afectiva, o viceversa.
El planeta Tierra también tiene su ritmo. No solamente gira en su órbita alrededor del Sol sino que también gira sobre su propio eje. Además el planeta tiene su ritmo interno, gobernado en gran medida por la influencia de la Luna. De la misma manera en que la Luna produce el aumento o la disminución de las mareas, también produce cambios en el humor de las personas. Básicamente, el movimiento de la Luna muestra dos fases. Creciente y Decreciente, cada una de ellas dura aproximadamente catorce días. A su vez, estas fases de dividen en cuartos que duran alrededor de siete días.

Lo que todo estudiante metafísico debe saber es que a partir del día en que hay "Luna Nueva" comienza su fase creciente. Mientras la Luna se encuentra en esta fase, el planeta está recibiendo una energía de crecimiento ideal para iniciar cualquier tipo de actividad. Todo lo que se inicia durante este tiempo crecerá con facilidad, especialmente en los siete primeros días. Las personas que quieran que su cabello crezca más rápido y fuerte deben cortárselo en ese momento. En general, esta fase es buena para iniciar  negocios, contraer matrimonio, viajar, firmar contratos, cambiar de trabajo, comenzar estudios, mudarse, hacer dieta, empezar a escribir un libro o comenzar cualquier tipo de proyecto o diseño.

Por otra parte, a partir de la "Luna Llena" comienza su fase decreciente. Esta fase es ideal para finalizar todo lo iniciado con anterioridad, especialmente en los siete primeros días. Es el momento de terminar un trabajo incompleto, finalizar algún trámite legal, divorciarse o separarse (de esta manera no se vuelve a la misma persona), regresar de viaje, cerrar una compañía, finalizar un libro o proyecto, renunciar a un puesto, cortarse el cabello para que crezca lentamente y demás.

De acuerdo con las fases de la Luna podemos identificar el ritmo del planeta y elegir el momento más apropiado para nuestras actividades personales. A aquellos estudiantes que quieran profundizar un poco más en el tema, les recomiendo obtener un calendario astrológico, donde además de ver las fases lunares, pueden observar los horarios en que la Luna se encuentra más positiva o negativa. Técnicamente, los horarios que hay que evitar son aquellos en que la Luna está "fuera de curso". Este ocurre cada dos días y medio y su duración es variable. En los calendarios se muestran estos horarios con la sigla: "¡yc" (en inglés: "voic of course" o fuera de curso) y, además, se indica la hora y los minutos en que comienza y termina dicho período.

Es entonces cuando aumenta la "marea emocional" de la gente y todas las decisiones que se toman en ese momento son erróneas. Si uno conoce a una persona bajo el influjo de la Luna fuera de curso, es muy probable que nunca llegue a nada con ella porque la relación estará basada en puras fantasías. También ocurre que si la persona se ha peleado con su pareja durante esas horas, la separación será sólo momentánea. Si una persona viaja con este influjo, terminará en un destino que no era el programado o se le extraviará su equipaje. En esencia, nunca ocurre lo que uno cree, ya sea que se tenga un pensamiento positivo o negativo. Cuando la la Luna está fuera de curso, se planean viajes, reuniones, matrimonios o negocios que nunca llegan a concretarse.

EL FIN DEL ROMANTICISMO

Otra de las manifestaciones del Principio del Ritmo que encontramos a diario es la "música". En esencia, la música es ritmo y tiene su propio movimiento pendular. El tipo de música que uno prefiere denota en gran medida la velocidad del péndulo en el cual uno está oscilando. Si a uno le gusta la música romántica, el péndulo oscilará más lentamente; si uno prefiere la salsa o el rock, estará moviéndose a mucha mayor velocidad.

Hemos aprendido que para programar nuestra mente debemos tener presente lo que hablamos, lo que visualizamos y aquello que sentimos. La música, por lo general, reúne a estos tres elementos y, en muchos casos, lo hace para expresar dramas o dolor.

Algunos ejemplos de letras dramáticas son:
No podré vivir sin tu cariño: no podré resistir sin tu amor... Vuélveme a querer, no me lastimes... Toda la vida, coleccionando mil amores, haciendo juegos malabares, para no amarte en exclusiva... Pasarán más de mil años... El mundo fue y será una porquería, ya lo sé...

Por lo general, cuando uno canta estas canciones repite las palabras con entusiasmo; se visualiza con claridad lo que se está cantando y, finalmente, se pone el condimento más importante: la "emoción o sentimiento". En pocas palabras, se están usando todos los ingredientes metafísicos necesarios para manifestar algo. Por lo tanto, si una persona canta "No soy nada sin tí", la Mente tomará esa frase como una "orden" y hará todo lo posible para ejecutarla, haciendo que la persona se sienta en la miseria al estar separada de su pareja.

Es probable que a partir del estudio de esta unidad se termine tu romanticismo y, cada vez que escuches una canción romántica en desarmonía con el Señor Amor... tengas que usar a menudo la orden: "cancelado" para no permitir que lo negativo se grabe en tu cerebro. Si se analiza el contenido de las letras de las canciones que escuchamos a diario nos daremos cuenta de cómo nos identificamos con los dramas muy fácilmente.

En este proceso de evolución personal que hemos elegido, debemos hacer un viaje consciente y esto incluye seleccionar cuidadosamente la música que vamos a escuchar y que deseemos cantar. Debemos elegir canciones que sean positivas, que nos encienda el corazón de un amor incondicional y que eleven nuestra vibración personal.

La "música" reúne todo lo necesario para producir la manifestación. El peligro real existe cuando la persona se identifica con el drama. Al cantarlo, lo afirma con las palabras, lo visualiza claramente y lo siente en lo más profundo de su corazón. Lo más probable es que su drama se haga realidad muy pronto o que se afirme más, si ya lo está viviendo. Las canciones que despiertan nostalgia son las que encadenan fuertemente a las personas a su pasado.

La solución que le he encontrado a las canciones románticas muy dramáticas es cantárselas a Dios y nunca a alguien. Si le cantas a Dios: "No podré vivir sin ti" o "Tú eres la luz de mi vida", estarás afirmando una gran verdad y buscarás unificarte con Él. Sin embargo, si se lo cantas a una persona, estarás poniendo el eje de tu vida en ella y todo dependerá de su humor y grado de estabilidad.

La "música instrumental" también "habla" y cuenta historias. Hay ciertas músicas instrumentales que levantan el ánimo y otras que, por el contrario, deprimen. Cada tema musical tiene su vibración propia. Debemos ser muy cuidadosos y elegir todo lo que nos lleve a elevarnos y a sentir dicha.

EJERCICIO: ADAPTAR LA MELODÍA

Piensa en las canciones que te gustan y elige la que sea tu favorita. Recuerda la letra; en especial, el estribillo. Analiza el contenido y así te darás cuenta de los mensajes que has estado cargando en tu Mente Subconsciente.

Recuerda canciones de tu infancia; analiza las letras y si aún las recuerdas y son muy negativas, comienza a "cancelarlas". Dile a tu mente que ellas representan tu pasado, que renuncias a lo que ellas significan porque no representan lo que eliges ahora en el presente.

Cambia la letra de tus canciones preferidas si son muy negativas. Elige otro final para la historia que cuentas y busca aquel que te inspire confianza, amor y alegría. Impregna tu Conciencia con música estimulante y alegre; de esta manera, tu vida se transformará para bien.

Continuará...

Autor: Horacio M. Valsecia -