Espiritualidad es estar despierto. Desprenderse de las ilusiones. Espiritualidad es nunca estar a la merced de acontecimiento, cosa o persona alguna. Espiritualidad es haber hallado la mina de diamantes dentro de usted.
La religión se destina a guiarlo hacia eso.
"¿De qué vale ganar el mundo y perder el alma?"
Piense en lo que siente cuando mira una puesta de sol, o está en contacto con la naturaleza. Y compare eso con el sentimiento que tiene cuando es apreciado, aplaudido, elogiado. Al primer tipo de sentimientos, lo llamo sentimientos del alma; al segundo, lo llamo sentimientos del mundo. Piense en el sentimiento que tiene cuando vence en una carrera o en una discusión, cuando llega al tope, cuando tiene éxito. ¡Sentimientos del mundo! En comparación con los sentimientos que tiene cuando está haciendo un trabajo que ama, inmerso en un pasatiempo, leyendo un libro, viendo una película. Sentimientos del alma. Piense en el tiempo en que tiene poder, cuando es el jefe, cuando todo el mundo está mirando, y usted está allá arriba. ¿Qué especie de sentimiento crea eso? ¡Sentimiento mundano! Compare ese sentimiento con la alegría de la intimidad, de la compañía de los amigos. Usted los aprecia sin estar preso de ellos, riendo y divirtiéndose. Sentimientos del alma.
Los sentimientos del mundo no son naturales, fueron inventados por su sociedad y la mía, para controlamos. Ellos no conducen a la felicidad, son la excitación, el vacío y la ansiedad. Piense en su propia vida. ¿Hay un solo día en que usted no esté, consciente o inconscientemente, vuelto hacia lo que los otros piensan, sienten o dicen con respecto a usted?
Sus pasos están controlados; usted marcha al son de los tambores. Mire a su alrededor. Vea si encuentra a alguien que esté liberado de estos sentimientos. ¡Sentimientos del mundo! En todo lugar, encuentra personas en la corriente de los sentimientos del mundo, viviendo vacías. Ganarán el mundo, pero perderán el alma.
Un grupo de turistas está pasando por campos deslumbrantes. Pero las cortinas del tren están cerradas, y ellos no ven nada. Están todos ocupados en decidir quién tendrá el asiento de honor, quien será apreciado, quién es el mejor, quién es el más bonito, el más talentoso.
Eso continúa hasta el fin del viaje. Si usted pudiese entender eso, seria libre, comprendería lo que es la espiritualidad.
Entonces descubrirá qué es la realidad, quién es Dios, pues se habrá desprendido de una de las mayores ilusiones: la ilusión de que necesitamos ser apreciados, bien vistos, tener éxito, tener prestigio, honra, poder y popularidad. ¡Sólo hay una necesidad! Esa necesidad es amar. Cuando alguien descubre eso, es transformado.
Cuando la vida se vuelve oración... cuando la espiritualidad se traslada a nuestros actos.
Anthony de Mello