Feng Shui: Ubique las malas energías en su hogar
   

Feng Shui: Ubique las malas energías en su hogar


Examinemos nuestro hogar con ‘Ojos Feng Shui’ 

Denise Linn, reconocida mundialmente como una de las más avanzadas terapeutas del hogar, recomienda tener en cuenta tres cuestiones antes de empezar con la limpieza energética del hogar: 

1.-Todo está compuesto de energía que cambia constantemente 
2.-Usted no existe independientemente del mundo que le rodea 
3.-Todo tiene conciencia, incluso su casa 

Así que armados con este conocimiento, empezaremos a darnos cuenta de muchas cosas. Antes de nada, le recomiendo que recorra su casa lentamente, con ojos atentos, en un intento por diagnosticar problemas y, quizá, detectar las energías que en ella conviven. 

Si recuerda el capítulo anterior, hablábamos de cocinar una sopa con las distintas energías que habitan nuestro hogar como ingredientes. A priori, puede parecerle una metáfora más o menos acertada, pero no lo es. La sopa existe, evoluciona constantemente, vibra y le acoge a usted y a su familia (a todos los miembros de la unidad familiar que conviven en la misma casa). Es decir, usted y su familia viven literalmente inmersos en esa sopa energética, forman parte de ella, la respiran cada día durante muchas horas y así ha sido durante años y así seguirá siendo por espacio de muchos años más. 

Tenga en cuenta esa circunstancia y se apercibirá de inmediato de la importancia que tiene el control, el cuidado, el mimo de esa sopa en la que usted y sus seres más queridos y cercanos viven. Es su hogar, al que usted alimenta día a día, sí, pero también el que le alimenta a usted y a los suyos en un interminable ciclo de intercambio energético. 

Detectar los rincones problemáticos
De esta forma, un lento y atento recorrido por todas las estancias de su hogar, prestando especial atención a los rincones, los pasillos, la iluminación, la amplitud, la limpieza y el ambiente que se respira en cada habitación le revelará muchas claves para descubrir cómo ‘respira’ su casa. Comience a caminar sin prisa, sin interrupciones. Procure empezar esta tarea en estado de relajación, como algo divertido y estimulante. Tome un cuaderno y un lápiz o bolígrafo para apuntar todo lo que se le ocurra. Anote los desperfectos, las cosas que necesitan reparación o una capa de pintura, los rincones o los objetos que ya no le gustan, los que, al contrario, deberían lucir más… en fin, cualquier cosa que en el futuro pueda servirle para mejorar su casa.

Lugares clásicos con problemas

-Localice los rincones — detrás de las puertas, bajo los sofás, entre la cortina y el suelo… — donde la porquería tiende a acumularse.
-Esquinas sobresalientes o ‘puntas’ de muebles que parecen amenazarnos.
-Esquinas entrantes donde la energía tiende a estancarse.
-Zonas donde reina el desorden (también dentro de cajones y armarios).
-Rincones a donde no llega la luz natural ni la ventilación cuando se abren las ventanas.
-Vigas en el techo o columnas.
-Escaleras
-Cuartos de baño
-Techos inclinados.
-Zona con acumulación de cables y aparatos eléctricos.
-Preste atención a los detalles que normalmente pasan inadvertidos, como los ramos de flores de plástico llenas de polvo, las lámparas que acumulan telarañas o la parte superior de los armarios, donde crecen las pelusas.
-Si no es absolutamente necesario — por razones sentimentales muy arraigadas, por ejemplo —, elimine las armas colgadas en la pared, las máscaras de imagen amenazadora, cualquier referencia a la sangre, la violencia y la muerte (animales disecados, cuernos de animales cazados, calaveras, crucifijos con la imagen de Cristo sangrando y sufriendo, imágenes de vírgenes que lloran o sangran, el Sagrado Corazón, o cualquier cuadro, dibujo o escultura con este tipo de motivos).

-La presencia de piedras en casa no es inocente. Aunque están de moda y son realmente bellas, pertenecen a la tierra y traen de ella fuertes energías que no sabemos controlar. Es mejor dejarlas en el jardín. 

Lleve un registro escrito de todas las cuestiones pendientes, urgentes  o importantes que vaya descubriendo cuando recorra lenta y tranquilamente su hogar aplicando una cuidadosa ‘mirada Feng Shui‘. 

Otra cuestión a la que habrá de prestar atención minuciosa en este primer recorrido por su hogar con ‘ojos Feng Shui’ será el arte: los símbolos, en general. Mire y deléitese contemplando con sumo detalle las obras de arte que decoran las paredes (pueden ser cuadros, pero también fotografías familiares, pósters, objetos decorativos, adornos que algún día le regalaron, cajas, ceniceros, un ramo de flores artificiales, esculturas, figuras de porcelana… cualquier cosa más o menos inútil que está a la vista para decorar, para aportar un plus de belleza a su hogar). 

El arte y los objetos decorativos que decoran nuestro hogar tienen un papel  fundamental en la energía que se respira en él. Mirémoslos con atención y anotemos qué sensaciones nos dan, si todavía nos gustan o, por el contrario, ya no les encontramos sentido. 

En tercer lugar anote el estado en el que se encuentran los textiles (cortinas, alfombras, edredones, colchones, cojines, mantas, almohadas…). Tenga en cuenta que los textiles son especialmente sensibles a la acumulación de energía. Las cortinas, edredones, cojines y alfombras, en general, no se limpian con la misma frecuencia que otros textiles que utilizamos a diario, como las sábanas, las toallas o los trapos de cocina. De ahí que debamos fijarnos en su estado, pues es muy probable que lleven meses o años sin que nadie se fije en ellos, quizá hayan acumulado polvo, estén criando bichos o constituyan un hábitat perfecto para arañas, moscas y demás inquilinos no deseados. 

Los textiles son capaces de almacenar enormes cantidades de energía, especialmente los que apenas se mueven o se limpian, como las cortinas, las alfombras, los cojines y los edredones. 

Conforme vaya recorriendo su casa y anote las cosas que le resultan llamativas, urgentes o pendientes, recuerde que la energía de la casa le alimenta a usted, pero también ocurre a diario el proceso contrario, es decir, es usted quien alimenta la energía de su casa constantemente. De esta forma, las cuestiones pendientes que detecta en su casa pueden ser el espejo de cuestiones pendientes también en su vida, en su trabajo, en sus relaciones, en su estado económico, en su cuerpo o en cualquiera de las manifestaciones energéticas de usted mismo. 

Si acepta la idea de que su casa también vive, vibra, se alimenta y tiene conciencia, se dará cuenta de que ella le devolverá a usted con creces todo lo que usted le da a ella. Si en su casa domina la violencia, la ira, las peleas y los gritos, su casa le devolverá un ambiente hostil. Si, por el contrario, su casa constituye para usted un refugio de paz y de armonía, será eso lo que encontrará en ella cada día al regresar del trabajo.

Autor: Amy Michelena