El lenguaje no verbal ayuda a aprender más sobre uno mismo, a mejorar las relaciones con los demás y a saber que tipo de persona tienes delante, pero debemos tener cuidado, las personas que domina el lenguaje silencioso del cuerpo y controlan los movimientos inconscientes que pueda hacer mientras habla, generalmente olvidan que hay partes de su cuerpo que siempre les revelan sus intenciones y contradicen sus verdaderas emociones. Pero tenga presente que una persona con movimientos limitados y estudiados, es posible que esté ocultando la verdad detrás de su exposición y que quiera deliberadamente tergiversar o para favorecerse a sí mismo.
El cuerpo tiene su propio lenguaje, es un idioma mudo, pero tan expresivo que comunica mucho mas que las palabras, los expertos dicen que en una conversación el 65 por ciento se produce de forma no verbal, las palabras son el 35 por ciento restante. Influyen más el tono y los matices que las palabras, estas pueden llegar a engañar pero los gestos corporales son delatores.
Nosotras las mujeres tenemos una habilidad innata para percibir y descifrar señales no verbales, si creemos que nos están mintiendo, sucede en realidad, mientras las palabras dicen otra cosa, el lenguaje del cuerpo cuenta otra historia y eso nosotras lo captamos.
Nuestra intuición femenina no es un tópico sino el resultado de una mayor actividad del hemisferio derecho del cerebro, el cual es el encargado de las funciones intuitivas, lo que hace es reunir para comprender, mientras que el hemisferio izquierdo, es el de la racionalidad para analizar.
La opinión sobre una persona se forma en el primer minuto de conocerla, sin que intervenga ni la lógica, ni la razón. Que nos dicen algunos gestos:
Cruzar los brazos | Denota una actitud defensiva |
Llevarse la mano a la boca | Es decir una mentira |
Acariciarse la barbilla | Es evaluar y decidir |
Comerse las uñas | Inseguridad o nervios |
Ponerse los dedos en la boca | Denota necesidad de seguridad, nerviosismo |
Una sonrisa falsa | Engaño, traición, deslealtad |
Si te miran a tus ojos fijamente | Denotan que no hay nada que esconder, es limpia la conversación, también denota dominio de la persona. |
Si los ojos no sonríen y se muestran esquivos y la mirada es falsa | Denota engaño |
Cuando los pulgares asoman por el bolsillo | Expresan dominio y seguridad |
Acariciarse la quijada | Toma de decisiones |
Entrelazar los dedos | Autoridad |
Dar un tirón al oído | Inseguridad |
Mirar hacia abajo | No creer en lo que se escucha |
Frotarse las manos | Impaciencia |
Apretarse la nariz | Evaluación negativa |
Golpear ligeramente los dedos | Impaciencia |
Sentarse con las manos agarrando la cabeza por detrás | Seguridad en sí mismo y superioridad |
Inclinar la cabeza | Interés |
Palma de la mano abierta | Sinceridad, franqueza e inocencia |
Caminar erguido | Confianza y seguridad en sí mismo |
Jugar con el cabello | Falta de confianza en sí mismo e inseguridad |
La cabeza descansando sobre las manos o mirar hacia el piso | Aburrimiento |
Unir los tobillos | Temor |
Manos agarradas hacia la espalda | Furia, ira, frustración y temor |
Cruzar las piernas, balanceando ligeramente el pie | Aburrimiento |
Brazos cruzados a la altura del pecho | Actitud a la defensiva |
Caminar con las manos en los bolsillos o con los hombros encorvados | Abatimiento, agotamiento, cansancio |
Manos en las mejillas | Evaluación |
Frotarse un ojo | Dudas |
Tocarse ligeramente la nariz | Mentir, dudar o rechazar algo |
Mirar el reloj mientras se habla | Es un gesto rudo, que revela impaciencia, es algo así como "Acaba de decir lo que tengas pendiente, porque tengo otras cosas por hacer". |
Pisadas repetidas en el suelo, mientras se está estático | Sugiere nerviosismo, impaciencia, intranquilidad. Se está acumulando tensión, y es posible que estos sentimientos reprimidos estallen en algún momento. |
Si una mujer estrecha un objeto contra su pecho (los libros, un regalo, etc.) | Manifiesta un instinto maternal desarrollado y no satisfecho. También es un gesto que puede sugerir determinado complejo físico, se avergüenza del tamaño de sus senos (por grandes o pequeños); teme una agresión física (porque se considera vulnerable), y esta es su manera de protegerse |