Necesitamos cuidar de nuestro corazón
   

Necesitamos cuidar de nuestro corazón


Mientras el cuatro por ciento de las mujeres serán víctimas del cáncer de mama, el treinta y seis por ciento morirán de una enfermedad cardíaca  Se ha hablado mucho del peligro del cáncer de mama, pero muy poco del riesgo que tienen las mujeres de sufrir una enfermedad cardíaca  Sin embargo, la enfermedad cardíaca es la causa principal de muerte entre las mujeres. Y en las operaciones de bypass coronario las mujeres tenemos más posibilidades de morir por complicaciones postoperatorias que los hombres. Cuidar de nuestro corazón es muy importante. A ninguna nos conviene una dieta rica en grasas. En el aspecto físico, una dieta rica en grasas, la falta de ejercicio y el tabaco contribuyen a favorecer la aparición de una enfermedad cardiovascular. Pero estas son cosas sobre las que podemos incidir. Nuestro corazón no nos ataca jamás; somos nosotras las que lo atacamos a él. 

En el aspecto emocional, el corazón, y la sangre que bombea, representan el amor, la alegría y la relación con nuestra familia. Las mujeres que tienen problemas cardíacos suelen tener problemas familiares no resueltos que eliminan de su vida la alegría y el amor. Estos problemas podrían parar el paso al amor y la alegría ya que tienen miedo de dejar entrar en su vida el amor. Cerrar el corazón al amor es como cerrarlo al flujo de vida que sale del corazón. 

La causa emocional de muchas enfermedades siempre pasa por el tema del perdón. La enseñanza espiritual del perdón es difícil para todos; sin embargo, es una lección que debemos aprender si queremos tener una verdadera curación. Todas hemos pasado en algún momento de nuestra vida por experiencias de traición, pérdida o maltratos. Saber perdonar la experiencia y a las personas implicadas en ella forma parte de nuestra madurez espiritual. Es algo que ya está hecho y que no se puede cambiar. Dejarlo marchar, olvidarlo, nos libera de una atadura con el pasado para vivir el presente. No podemos ser sanas, prósperas y libres mientras estemos atascadas en el pasado y no queramos perdonar. Esos son los mayores problemas que tenemos todos, y nuestra mayor lección espiritual es perdonar, amarnos a nosotros mismos y vivir el presente. Eso sana el corazón. 

Una vez al día siéntate en silencio y quietud y colócate las manos sobre el corazón. Envíale amor y percibe el amor que tu corazón siente por ti. Desde antes de que nacieras ha estado latiendo por ti, y va a trabajar por ti todo el tiempo que elijas vivir. Mírate al interior del corazón y ve si en él queda algo de amargura o resentimiento. Lava cariñosamente esos restos con perdón y comprensión. Si sólo pudieras tener una visión más amplia te darías cuenta de qué es lo que tienes que aprender. Envía amor a cada uno de tus familiares y perdónalos. Siente cómo tu corazón se relaja y se queda en paz. Tu corazón es amor, y la sangre de tus venas es alegría. Ahora tu corazón bombea alegría amorosamente por todo tu cuerpo. Todo va bien y estás a salvo. 


Extracto de "El mundo te está esperando" - Louise L. Hay