Cada mente humana contiene una acumulación de opiniones, convicciones o  conceptos errados —contrarios a la Verdad y en conflicto con los Principios  básicos de la Creación y que están perennemente manifestando, en las  condiciones exteriores, todas esas calamidades y sufrimientos que aquejan al  ser humano y el mundo en general; enfermedades, accidentes, dolencias,  pleitos, desarmonías, escasez, fracasos y hasta la muerte.
Felizmente,  nada de eso se ajusta a la Verdad del Ser. Felizmente existe la manera de  borrar todas esas creencias falsas y de sustituirlas por correctas, que no  solamente produzcan condiciones y circunstancias positivas, buenas, felices,  correctas, sino que, una vez corregido el error y establecida la Verdad en el  subconsciente, nunca más podrán volver a suceder las cosas negativas en  nuestras vidas. La orden ha sido cambiada. El imán ha cambiado de polo. Es  absolutamente imposible atraer algo que no encuentre ya su correspondencia en  nosotros.
La fórmula  infalible es la siguiente: Cada vez que te ocurra algo indeseable, que te enfermes,  que te ocurra un accidente, que te roben, que te ofendan, que te molesten ... o  que TU seas la causa de algún mal hacia otro o hacia ti mismo ... si eres  afligido por un defecto físico, o moral, o de carácter; si te desagrada  alguien, si lo detestas, o si amas demasiado y sufres por esto; si te torturan  los celos; si te enamoras de alguien que pertenezca a otro; si eres víctima de  una injusticia, o eres víctima del dominio de otro. (La lista es interminable,  de manera que suple tú la condición que te esté afectando). Conoce la Verdad.
Así  Jesucristo, el más grande de todos los Maestros de Metafísica, dijo  "Conoced la Verdad y ella os hará libres" (*). La Verdad, la ley suprema  es La Armonía Perfecta, la belleza, la bondad, la justicia, la libertad, la  salud (Vida), inteligencia, sabiduría, amor, dicha. Todo lo opuesto es  apariencia. Es contrario a la ley suprema de la Armonía Perfecta luego es  mentira porque es contrario a la Verdad.
Tu  "YO" superior es perfecto. En este momento y siempre ha sido  perfecto. No puede enfermarse porque es VIDA. No puede morir por la misma  razón. No puede envejecer. No puede sufrir. No puede temer. No puede pecar. No  tiene que luchar. No puede cambiar jamás. Es bello. Es amor, inteligencia,  sabiduría, dicha. Esa es la Verdad. Es tu Verdad, la mía, la de todos los seres  humanos, ahora mismo.
No es que el  ser humano sea Dios. Así como una gota de agua de mar no es el mar. Pero  contiene todo lo que forma y contiene el mar, en un grado infinitesimal; y para  un átomo, esa gota de agua es un mar.
Cualquiera  cosa que estés manifestando; que te esté ocurriendo contraria a La Armonía Perfecta,  o que tú misma estés haciendo o sufriendo contraria a la Armonía Perfecta, se  debe a una creencia errada que tú creaste, ya lo sabes, y que por reflejo estás  lanzando hacia afuera y atrayendo su igual del exterior. No tiene nada que ver  con tu YO superior. Este continúa perfecto. Sus condiciones y su situación son  perfectas.
Ahora, en cada  una de las circunstancias enumeradas más arriba, debes recordar lo que te acabo  de decir, primeramente, y luego decir mentalmente o en voz alta, como quieras.  "No lo acepto".
Dilo con  firmeza pero con infinita suavidad. Los trabajos mentales NO NECESITAN de la  fuerza física. Ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos. Cuando tú  digas "No lo acepto", hazlo como si dijeras "No me da la  gana", tranquilamente, pero con la misma convicción y firmeza, sin  gritar, sin violencia, sin un movimiento, sin brusquedad ¿Me hago comprender?
Después de  haber dicho "No lo acepto", recuerda que tú YO superior es perfecto:  que sus condiciones son perfectas. Ahora di: "Declaro que la Verdad de  este problema es (armonía, amor, inteligencia, justicia, abundancia, vida, salud,  etc, cualquiera que sea lo opuesto a la condición negativa que se esté  manifestando en ese momento). Gracias Padre que me has oído".
No tienes por  qué creer ciegamente lo que estás leyendo. Debes comprobarlo tú mismo.
En el lenguaje  metafísico esto se llama "un tratamiento". Después de todo  tratamiento hay que conservar la actitud que se ha declarado. No se puede uno  permitir que entre la duda respecto a la eficacia del tratamiento, ni se puede  volver a expresar en palabras los conceptos, opiniones y creencias de  antes, porque se destruye, se anula el tratamiento.
El propósito  es el de transformar el patrón mental que ha estado dominando en el subconsciente,  o sea, el clima mental en que has estado viviendo, con toda tu serie de  circunstancias negativas. San Pablo dijo: "Sois formados por la renovación  de vuestra mente" (*). Esta renovación se hace cambiando cada creencia antigua  a medida que vayan presentándose ante nuestra vida (o nuestra conciencia, en  conocimiento desacuerdo con la Verdad).
Hay  convicciones que están tan arraigadas que son lo que se llama en el lenguaje  metafísico "cristalizaciones". Estas requieren más trabajo que otras.  Pero cada "Negación" y "afirmación" que se haga respecto a  estas cristalizaciones va borrando el diseño original hasta que desaparece  totalmente y no queda sino la Verdad.
Verás los  milagros que ocurren en tu vida, en tu ambiente y en tus condiciones.
Tú no tienes  defectos sino apariencia de defectos. Lo que ves como defectos morales o  físicos son transitorios porque al "conocer la verdad" de tu YO  verdadero, tu Cristo, tu Ser Superior es perfecto hijo de Dios hecho a semejanza  del Padre, comienzan a borrarse las imperfecciones que tu estás presentándole  al mundo. Es un hecho constatable. Todo estudiante de metafísica cristiana te  puede corroborar lo que acabo de decirte.
Esta es La  Gran Verdad. No la olvides jamás. Comienza ahora mismo a practicarla. Mientras  más se practica más se realiza, más se adelanta y más feliz te sentirás.
Acuérdate. Tú  eres único, como tus huellas digitales. Fuiste creado por un diseño único, para  un propósito especial que no puede cumplir nadie más que tú. Has tardado 14.000  años para evolucionar a tu sitio de hoy. Las expresiones de Dios son  infinitas. Tú y yo somos sólo dos de esas infinitas expresiones. Tu Cristo es  un ser inteligente que te ama con delirio y que tiene siglos esperando que lo  reconozcas. Llegó el momento. Háblale, consúltale y espera sus respuestas. Es  el guía y Maestro único para ti. Cuando tú llegues a comprender, aceptar y  realizar esta verdad, será el nacimiento de Cristo para ti. Es lo que está  profetizado para esta era. Es el Mesías. No es que Jesús vuelve a nacer ahora.  Es que cada uno va a encontrar el Cristo en su conciencia y en su corazón, tal  como le ocurrió a Jesús. Por eso lo llamaron "Jesucristo".
Fuente: extracto de "El librito azul" de Conny Méndez
