Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos acaso, pero entran los divorcios.
Son tiempos de casas mas lindas, pero más hogares rotos.
No guardes nada "para una ocasión especial", porque cada día que vives es una ocasión especial.
Lee más, siéntate en la terraza y admira la vista, sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos.
Come tu comida preferida y visita los sitios que ames.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal; no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "uno de estos días", algún día, quítalas de tu vocabulario. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir "uno de estos días".
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuánto los queremos.
Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en tu vida.
Cada día, hora, minuto, es especial.