En el libro” El Poder de la Intención”, Wayne Dyer define a la intención como una fuerza de energía invisible que existe en el universo esperando a ser materializada. Esta definición es bastante diferente a las del diccionario que define a la intención como: ” predisposición o determinación a conseguir algo”. Para Dyer, la intención tiene más que ver con nuestra conexión con el universo y con nuestra vida espiritual que con nuestro ego.
Propone alcanzar una armonía con la fuerza creativa del universo para que esa intención se concretice. Esto requiere rendirnos a esa fuerza creativa universal y a tener la certeza que ese campo de energía en el cual vive la intención, nos guiará a alcanzar nuestros propósitos si estamos presentes a su poder, sabemos escucharla, y no ponemos nuestros propios obstáculos en el camino. Nuestros pensamientos pueden hacernos vibrar a diferentes niveles de energía. En niveles altos de energía, tenemos pensamientos que nos llevan a alcanzar la paz interior y sentimientos de armonía con el universo. En niveles bajos de energía nos quedamos con nuestros pensamientos negativos que nos llevan al sufrimiento y a la insatisfacción.
Dyer recomienda vivir como si todas las cosas que queremos alcanzar ya las tuviéramos y como si ya fuésemos quien queremos devenir. Sugiere que nos contemplemos rodeados de las condiciones que queremos producir y enfocar nuestras energías en lo que está trabajando en nuestra vida en vez de en lo que no está funcionando.
Describe siete caras en las que la intención se puede encontrar:
La cara de la creatividad: es la energía que nos permite crear y la podemos reconocer en la originalidad y la capacidad de crear de la nada. Requiere imaginación, poder visualizar y ver la foto del futuro deseado. Dyer sugiere escribir en un papel todas las cosas que quieras conseguir. Al escribirlas, el universo recibe la energía y nuevas posibilidades aparecen en nuestras vidas. En muchas ocasiones, cuando estoy dando coaching (orientación) a mis clientes, les sugiero que escriban en una hoja qué es lo que quieren, que sean lo más específicos posible y que la tengan en un lugar visible de fácil acceso. Te recomiendo que hagas lo mismo.
La cara de la bondad: de acuerdo a las investigaciones que presenta Dyer, los actos bondadosos mejoran nuestros sistemas inmunológicos, no solo en el que los demuestra sino también en el que los recibe. Hace poco, dejé el auto estacionado y al parquímetro se le acabó el tiempo. Estaba llegando 2 minutos más tarde y el policía estaba listo para levantar la infracción. Pero una joven con su madre le pidieron al policía que esperara, que iban a buscar cambio para poner en mi parquímetro para que no me diera la infracción como un acto de bondad azaroso. En ese momento llegué y lo pude poner yo mismo. Si la joven no hubiese tenido la intención bondadosa de ahorrarle una infracción a un desconocido, mis dos minutos tarde me hubiesen costado bastante dinero. Este tipo de experiencias me recuerdan de la bondad de la gente y me incitan a hacer cosas parecidas. ¿Qué actos de bondad has hecho últimamente? Dyer nos recuerda que dar es recibir y que todo lo que damos nos lo damos a nosotros mismos.
La cara del amor: el campo de energía de la intención es puro amor, resultando en la creación de un ambiente cooperativo y generoso en el que vivimos nuestras vidas. El amor se demuestra en la colaboración en vez de la competición, en pensamientos amorosos hacia los otros pero en especial hacia nosotros mismos.
La cara de la belleza: bellos pensamientos crean bellos espíritus. Cuando somos receptivos a reconocer la belleza en el mundo, estamos más sensibilizados a sorprendernos y a valorar todo lo que nos rodea.
La cara de la expansión: la energía de la intención tiende a expandirse, agrandarse. El poder de la intención se manifiesta como una expresión de la expansión de la creatividad, bondad, amor y belleza. ¿Qué haces para expandirte intelectualmente, emocionalmente, espiritualmente?
La cara de la abundancia ilimitada: la energía del universo no tiene límites, está en todos lados, es abundante y nunca se termina.
La cara de la receptividad: nada es rechazado o juzgado. Todos tenemos energía esperando a ser llamada para ponerse en acción. Cuando estamos receptivos podemos recibir en armonía el poder de la intención de la fuerza creativa del universo. Requiere estar conectados con el universo en vez de enfocados en satisfacer a nuestro ego.
Dyer sugiere que hay tres mayores obstáculos que nosotros mismos creamos para conectarnos con la energía de la intención. Nuestros pensamientos negativos, pensamientos con bajos niveles de energía y el sentido de auto importancia. Remover estos obstáculos puede ser la clave para alcanzar una armonía con el poder de las intenciones.
Se sugieren varias estrategias para conectarnos con el poder de la intención pero Dyer considera que la meditación es crítica para aumentar la sensibilidad y alineación con las fuerzas del universo. ¿Qué estás dispuesto a hacer como resultado de conocer estas ideas de Dyer para disfrutar del poder de la intención en tu vida?
Por Damian Goldvarg, Ph.D.